jueves, 4 de marzo de 2010

BESO TRAVIESO/// Capítulo 12: Periodo de amor

Milagros estaba en su cama, lo único que podía hacer era pensar en lo que había ocurrido ese día y en la repentina pregunta de Lucas: “¿Querés ser mi novia?”. Todavía no le había dado una respuesta, pero cómo pretendía una respuesta si se lo había preguntado de manera tan repentina. Milagros miraba la foto de ella con Francisco y luego el reloj. Era la una y cinco y él todavía no había vuelto. “¿Estarán tomados de la mano en este momento?” pensaba Milagros “¿Estarán besándose o algo así?”. Su cabeza era un desastre total, entre proposiciones inesperadas y pensamientos dolorosos.
Por su parte, Norma estaba en la puerta, enojada como nunca, esperando la llegada de su hijo mayor, el cual estaba llegando tarde a su casa. Norma iba de un lado para el otro con el ceño fruncido y murmurando palabras que nadie entendía hasta que la puerta se abrió.
- Ya llegué- Dijo Francisco como si fueran las tres de la tarde.
- ¡Llegas tarde!- Le dijo Norma enojada.
- ¿Qué es esa increíble mirada?- Le dijo Francisco que jamás había escuchado esas palabras de la boca de su mamá.
- Lo escuché de Andrade- Le dijo sin dar vueltas- ¿Qué crees que estás haciendo asistiendo a esa entrevista de matrimonio? Ni siquiera nos lo dijiste a nosotros ¿Qué estás pensando?
Milagros escuchaba la conversación desde el pasillo de arriba.
- Incluso papá está enojado- Prosiguió Norma- Dice que no recuerda haberte pedido eso.
- No lo hago por papá- Dijo Francisco comenzando a subir las escaleras.
- ¡No mientas!- Le gritó su mamá- Estás tratando de sacrificarte por la compañía.
- Te equivocás- Le dijo Francisco dándose vuelta.
- Entonces ¿Por qué?
- Ella me gusta- Le dijo Francisco, lo que sorprendió a Norma y Milagros que escuchaba desde arriba- Esa es una razón legítima ¿No?- Y comenzó a subir las escaleras.
Cuando Milagros escuchó que subía quiso correr a su habitación, pero Francisco fue más rápido. No le quedó otra que darse vuelta y enfrentarlo.
- Hola- Le dijo- Llegás tarde.
- Pensé que vos también ibas a volver tarde esta noche- Le dijo Francisco caminando a su habitación.- Ustedes dos también se estaban llevando muy bien.
- ¡No es eso!- Le dijo avergonzada, pero después se retracto y cuando continuó hablando, Francisco se detuvo- Es verdad. Lucas es divertido, amable y no dice cosas crueles como cierta persona.
- Entonces eso es bueno- Le dijo Francisco y luego entró a su habitación.
Milagros apoyó la cabeza en la pared del pasillo. Francisco no podía ser tan idiota.
Al otro día Milagros tuvo que ir a rendir un final a la facultad y allí les contó a sus amigas la noticia de Lucas.
- ¿Se te propuso?- Le dijo Jimena sorprendida- ¿Y qué le respondiste?
- No sé, me gusta Lucas, pero como amigo- Dijo Milagros triste.
- Pero francamente- Dijo Mariela- creo que Lucas es mejor partido para vos que Francisco.
- Aparte Francisco tiene novia ahora- Le dijo Jimena.
- Pensá en Lucas seriamente- Le dijo Mariela- Él siempre ha tenido sentimientos por vos a pesar de todo y como vos también tenés una relación no correspondida con Francisco, sabés bien como se siente eso.
Las palabras de sus amigas le resonaban en la cabeza. Mariela tenía razón, pero no podía hacer nada con sus sentimientos por Francisco.
Al salir del examen, por ir pesando en sus problemas, chocó con un chico que le hizo tirar su bolso y sus cosas cayeron al piso. Milagros se agachó a levantarlas.
- Take this- Dijo una voz que Milagros no conocía.
Era Christine dándole su celular ¿Qué estaba haciendo ahí? Y ¿por qué debía ser tan amable?
-Gracias- Dijo Milagros tomando su celular y levantándose para saludarla.- ¿Qué hacés por acá?
- Francisco me trajo a recorrer.- Dijo amablemente Christine señalando a Francisco que se acercaba.
- Francisco- Dijo Milagros sorprendida.
- Pero… ¿Qué estás haciendo?- Le dijo Francisco viendo sus cosas en el piso tiradas, las cuales Milagros recogió rápidamente.
- Vamos a ir a almorzar ¿Querés venir con nosotros?- La invitó Christine.
Milagros dudó.
- Dale, vení ¿Está bien Fran?- Le dijo Christine sonriendo.
- Seguro- Le contesto Francisco sonriéndole.
Milagros se sentía un poco incómoda, pero no les podía decir que no.
Fueron a la cafetería y vieron a Lucas trabajando.
- ¡Lucas!- Gritó melodiosamente Christine, lo que llamó la atención de Lucas que se sorprendió al ver a Milagros con Francisco y Christine.
Toda la mañana había estado distraído pensando en la respuesta de Milagros. El verla ahí lo llenaba de ánimos y de ansias, pero no quería aturdirla desde un principio.
Mientas Christine decidía que pedir, Francisco se sentó en una mesa y Milagros se puso a charlar con Lucas.
- ¿Qué pasa?- Le dijo Lucas, señalándole a Christine.
- Quiso ver como era donde estudiamos el año pasado y Francisco la trajo- Le dijo Milagros en voz baja.
- ¿Y por qué estás con ellos?
- De casualidad.
- Lucas quiero tarta de jamón y queso por favor- Dijo Christine con una sonrisa.
Lucas se puso tras el mostrador y le dio dos porciones grandes de tarta de jamón y queso.
- ¿Le podrías dar cuchillo y tenedor?- Le dijo Milagros a Lucas por que quizás Christine no estaría acostumbrada.
- La tarta es mejor si la comés sin cubiertos- Contestó Lucas.
- ¿O sea que cambia de sabor según como la comas?- Dijo Christine sorprendida.
- SI, cada platillo tiene su manera óptima de comerlo- Dijo Lucas serio.
- Es increíble tener orgullo en lo que uno hace- Le dijo Christine- Entonces lo como con la mano- Y se fue a sentar.
Milagros la miraba, realmente era una chica agradable y merecía a Francisco. Por otro lado Lucas se moría de los nervios.
- Mili- Dijo avergonzado.- Sobre lo de ayer…
- Chris si que es una chica agradable ¿No?- Dijo Milagros sin darse cuenta de que Lucas le había dicho algo.
Lucas comprendió que ese no era el momento, que en ese momento lo que Milagros necesitaba era que le pongan una sonrisa en el rostro.
- Bueno, bueno. ¿Vos también querés tarta de jamón y queso? Está buenísima.
- Si- Dijo Milagros sonriendo- quiero que me des la porción más grande.
Francisco escuchaba la ruidosa conversación desde la mesa. No decía ni miraba nada, pero sus ojos decían cosas.
Luego del almuerzo, Francisco quiso llevar a Christine a su casa. Milagros se alarmó un poco, pero Francisco quería presentársela a Norma.
- ¿Te parece que está bien que la lleves? ¿Qué va a pensar sobre que vivimos juntos?- Le dijo Milagros bajito a Francisco.
- Nos acompañas ¿No Mili? Ya que vos sos la hueste de Francisco- Dijo Christine.
- No es hueste, es huésped- La corrigió Francisco riendo.
Si, eso era para él, una simple huésped. No era algo que pudiera incomodar a Christine por que nada ocurría entre ellos.
Llegaron a la casa de los Ramos y Francisco le presentó a Christine a Marcos. Marcos se sonrojó por que Christine era muy hermosa y eso le dio ternura a Milagros.
- ¿Dónde está mamá?- dijo Francisco a su hermano.
- Está arriba, pronto bajará supongo.
Un momento de vacío se hizo y Milagros quiso llenarlo.
- Norma es una persona muy divertida- Le dijo a Christine- Pronto se llevarán re bien.
Milagros no terminó de pronunciar estas palabras cuando la puerta del living se abrió. La que entró por esa puerta no era Norma, era una extraña que había tomado la forma de ella, pero con un carácter de suegra malhumorada. Caminaba seria, con las cejas fruncidas y los brazos cruzados. Con el ceño fruncido que asustó a Milagros, Norma se presentó:
- Buenas tardes, soy Norma la madre de Francisco.
- Ella es Christine Robbins- Dijo Francisco.
- Un placer señora- Dijo Christine
Norma seguía con esa mirada extraña en su rostro y Milagros sospechaba lo que estaba haciendo. Norma miró sobre la mesa ratona y vio una torta grande y alta.
- Trajiste una torta- Le dijo Norma a Christine- No tendrías que haberte molestado. Pero desgraciadamente a Francisco no le gustan las tortas por que le empalagan.
Francisco la miró entendiendo lo que se proponía.
- Norma yo…- Quiso interrumpirla Milagros, pero Norma continuó.
- Bueno supongo que no puede evitarse ya que ustedes no se conocen bien- Dijo Norma y luego se río de manera extraña y perversa.
- Se equivoca- Le dijo al oído Milagros lo que hizo que Norma reaccionara- Yo compré eso para usted.
- Yo traje tarta de ricota- Dijo Christine- Escuché que esta era la única torta que toleraba.
- Disculpá las molestias- Le dijo Francisco avergonzado de su madre.
Norma estaba que hervía, no podía ser tan perfecta como parecía.
Un rato después, Norma trajo café a la mesita ratona y abrieron la torta de ricota. Un momento de silencio se hizo: Norma estaba seria y con los brazos cruzados, Marcos leía, Francisco no decía nada, Christine estaba nerviosa y Milagros no sabía qué hacer para que la situación mejore.
- Chris esta torta está buenísima- Dijo Milagros para decir algo y comió un pedazo con la mano tirando la mitad de las migas sobre su pollera.
En cambio, Christine tomó la cuchara del café, partió la torta y la comió sin tirar una miguita.
- Como lo esperaba de una noble, sos muy refinada- Le dijo Milagros halagándola.
- Podrías decir que está desaprovechando su juventud- Dijo Norma sin mirarla, lo que puso el ambiente un poco tenso y que hizo que Francisco le dedicara una mirada asesina a su madre.
- Pero Chris es una chica muy activa a pesar de lo que aparenta. Antes mencionó que le gustan los deportes- Dijo Milagros en su defensa.
- Si, montar a caballo, jugar al golf, y recientemente empecé tenis.- Dijo para completar lo que dijo Milagros.
- Francisco juega tenis y es muy bueno- Dijo Milagros.
- Sos increíble Francisco, podés hacer todo lo que se te ocurra- Le dijo Christine sorprendida.
- La próxima vez te enseño- Le dijo Francisco muy dulce.
- Pero soy terrible- Le dijo Christine- probablemente te cansés de mi.
- Si, probablemente se canse de vos- Dijo Norma que con ese comentario se ganó la segunda mirada asesina de su hijo- Fran es un chico muy cruel. Despreciaría a cualquiera que no entiendas sus explicaciones en la primera vez. Es tan frío que tiraría una carta de amor de una enamorada, le tiraría los regalos- Milagros se empezó a poner nerviosa- y aunque ella juntara mucho valor para decirle lo que siente la rechazaría delante de todos. No tiene una pizca de simpatía.
Cuando Christine se fue, Francisco estaba muy enojado con su madre. No entendía lo que le sucedía.
- ¿Qué fue eso?
- Nada, sólo dije la verdad- Le dijo Norma como si fuera una adolescente peleando con su padre.
- Tu plan de separarnos es muy obvio. Dejá de actuar con tanto egoísmo- Le dijo Francisco enojado.
- ¿A qué te referís con egoísmo?- Le dijo Norma enojada.
- Que nos forzás a estar juntos por que te agrada Milagros.
Milagros estaba en la cocina y al escuchar esas palabras entró al living.
- Solo pienso que Mili y vos hacen una buena pareja- Dijo Norma enojada.
- Y yo te dijo que eso es egoísmo- Le gritó Francisco- Dejá de meterte en las relaciones de la gente, no quiero ser obstaculizado por vos.
- ¿Obstaculizado?- Dijo Norma- Vos conocés bien los sentimientos de Mili y aún así traés a otra chica a casa ¡Hay un límite para lo desconsiderado que una persona puede ser!
- Norma, yo estoy bien con eso- Dijo Milagros.
- Pero…
- ¡Ves! Hasta ella te lo está diciendo- Dijo Francisco. Ya no interfieras más.
- Está bien, hacé lo que quieras- Dijo Norma yéndose a su cuarto.
Francisco se fue a la cocina. Milagros no sabía a quién detener para hablar, no quería verlos peleados. Milagros subió a su habitación, necesitaba pensar y recuperarse del día terrible que había pasado. Vio que la luz de su celular estaba encendida, era un mensaje de voz.
- Hola Mili, soy Lucas. Mejoré el plato que probaste el otro día y me gustaría que mañana vinieras a probarlo a ver que te parece.
Al otro día Milagros tenía que acompañar a las chicas a rendir un final, no sabía que hacer y tenía miedo de que Lucas le pidiera una respuesta. Estaba segura que esa cena era una excusa ¿Qué debía hacer?
Mientras tanto, Marcos se sentía inquieto. En su cabeza daba vueltas preguntas, cosas que no entendía y necesitaba respuestas. Fue a su habitación donde su hermano mayor estaba leyendo y le hizo una de las preguntas que lo intrigaba.
- Fran ¿De verdad te vas a casar con ella?
- Debés estar contento, querías una cuñada hermosa ¿No?- Le dijo Francisco sonriendo.
- ¿Pero de verdad la querés?- Le dijo Marcos.
- La próxima vez le voy a decir a Chris que te ayude con tu inglés.
Francisco sonreía, pero al volver a su hoja, la sonrisa desapareció. La duda de Marcos, seguía ahí y no podía evitar sentirse triste.
Más a la noche, Alberto fue a saludar a su hija antes de irse a trabajar. La encontró en el balcón mirando las estrellas.
- Pá ¿Estarías contento si Lucas y yo fuéramos novios?- Le dijo Milagros en un momento.
- ¿Qué? ¿Qué es esto tan de repente?- Le dijo Alberto sorprendido.
- Es solo una suposición.
- Es un chico descuidado, pero muestra mucho compromiso en sus habilidades culinarias. Si luego se casaran estaría contento pues tendría a alguien que siguiera el negocio familiar.
- Ya veo- Dijo Milagros.
- Pero lo más importante son tus sentimientos- Se apresuró a decir Alberto.
- Pero no puedo hacer nada si estos sentimientos no son mutuos- Dijo Milagros con los ojos llenos de lágrimas.
- Mili, de verdad deberíamos dejar esta casa- Le dijo Alberto- Lo sabés bien. No es natural que permanezcamos acá. Además debe ser difícil para vos. Tenemos que irnos para que puedas olvidar a Francisco.
Las lágrimas de Milagros comenzaron a brotar.
- Tenés razón- Le dijo Milagros a su padre cuando ya no pudo contener las lágrimas- Creo que esta vez realmente debo rendirme ¿No?- Luego comenzó a llorar con todo su corazón, está vez lo había perdido para siempre.
- Es bueno que una chica sepa cuando rendirse- Le dijo Alberto- Además, así le vas a mostrar a Francisco que gran chica sos.
Luego de la conversación con su padre y de llorar un rato, lo llamó a Lucas y le confirmó que iría a cenar. La cita sería a las cinco en punto en el restaurante del papá de Milagros. Mientras hablaba con Lucas, Milagros contemplaba su foto con Francisco, de una vez y para siempre, la puso boca abajo, no quería ver más esa foto.
- ¿Francisco dijo eso?- Le dijo Franco a Norma al día siguiente en el hospital.
Norma lloraba recordando la pelea con su hijo.
- Bueno si es su decisión no hay nada que podamos hacer- Dijo Franco comprensivo.
- ¡No dijiste lo mismo cuando te dijo de ser doctor!- Le gritó su esposa- Yo realmente pensaba que amaba a Mili.
- Ama a Milagros- Dijo Marcos.
-¿Qué querés decir? ¿En qué te basás para decir eso?- Dijo Norma confundida.
Marcos no dijo nada, solo miró al piso.
- Marcos, decile a mamá lo que sabés- le rogó Norma.
Marcos salió corriendo. No podía decirle a su mamá lo que sabía.
- La que le gusta a Fran- Dijo Marcos para si mismo.
Él sabía quien le gustaba a su hermano, lo había visto con sus propios ojos. Cuando habían ido a Villa Romance, Marcos había ido a cazar bichos y encontró a Milagros dormida a la sombra de un árbol. Al verla ahí dormida, se le ocurrió la diabólica idea de ponerle un bicho sobre la nariz para que cuando despertara se asustara. Estaba por acercarse a ella cuando Francisco se acercó cargando unas cajas. Marcos lo iba a unir a su broma, pero antes de que pudiera hacerlo, Francisco se acercó a la dormida Milagros. Francisco dejó las cajas, se arrodilló y apoyando su brazo sobre el árbol la besó, la besó mientras dormía. Un ruido lo distrajo: era Marcos sonrojado y sorprendido. Francisco le hizo señas de que no dijera nada y Marcos asintió. Cuando Francisco se fue, Milagros despertó de repente y Marcos sólo atinó a esconderse tras un árbol sorprendido y sonrojado.
- La que le gusta a Fran, es Milagros.
A la tarde, Francisco tuvo que ir a la facultad a buscar unos papeles, aún no sabía que iba a hacer de su vida. Allí encontró a Julián y a Elina conversando. Elina se veía triste hasta que lo vio y se pusieron a conversar.
- ¿Todo va bien entre la chica del casamiento y vos?- Le preguntó Elina.
- Algo así- Le contestó Francisco.
- No me cae bien esa chica- Le dijo Elina- No es divertido luchar contra alguien que no tiene ningún defecto- Francisco río- Prefería a Milagros aferrada a vos, así podría decir que soy la mejor mujer.
- ¡Francisco!- Dijo Jimena- ¿Es verdad que te vas a casar? Mili estaba deprimida
Jimena y Mariela estaban saliendo del parcial. Mariela la retó cuando hizo ese comentario.
- ¿Milagros no está con ustedes?- Les preguntó Elina.
Francisco no se movía, sólo escuchaba serio.
- Mili nos acompañó y se fue- Le dijo Mariela- tenía un compromiso con Lucas.
- Ah, el chico de la cafetería- Dijo Elina- SI que bajo sus expectativas.
- Pero Lucas fue muy valiente, se le propuso de repente- Dijo Jimena.
Al oír estas palabras, el rostro de Francisco cambió de expresión. Una expresión de sorpresa mezclada con temor se apoderó de su rostro. Las chicas no lo notaron pues estaba de espaldas a ellas.
- Si, nos dejó a nosotras y se fue a encontrar con él- continuó Mariela- Es muy probable que le diga que si.
- Después de tantos años de amor no correspondido- Dijo Jimena
- Francisco, Mili se esforzó mucho por amarte, pero…- Mariela dejó de hablar pues Francisco ya no estaba. Había desaparecido de repente.
Una gran tormenta comenzó y Milagros sin paraguas en el restaurante de su padre.
- No te preocupes, después te acompaño a tu casa- Le dijo Lucas para tranquilizarla.
Le presentó un gran plato de comida japonesa. Milagros la probó y estaba mejor que la vez anterior, realmente estaba disfrutando de la cena, mientras Francisco volviendo en subte a su casa, mostraba por primera vez en su vida una mirada triste.
Una hora después, Milagros se había devorado del plato de comida y charlaba alegremente con Lucas sobre su futuro como cocinero, hasta que Lucas se puso serio.
- Mili, ¿Vas a darme una respuesta?
- Bueno ¿Puedo tener más tiempo para pensarlo?- Dijo confundida y triste.
- ¿Es Francisco?- Dijo Lucas más triste que ella.- ¿Qué tiene de bueno ese bastardo descorazonado?- Dijo enojado
Milagros no respondía nada. Un silencio se apoderó del momento que sólo dejaba oír la lluvia caer. Lucas rompió el silencio al golpear el brazo sobre la mesa. Eso asustó a Milagros que se paró.
- Milagros, vos sos la única para mis ojos- Dijo Lucas acercándose cada vez más a Milagros mientas ella retrocedía asustada- Yo te haré olvidar a ese bastardo- Dijo y la tomó por los hombros- Yo te haré olvidar.
Lucas la abrazó violentamente y Milagros quería soltarse, la estaba lastimando. Lucas no cedía, abrazaba con fuerza y a la fuerza.
- Lucas… basta- Decía Milagros- ¡Francisco!- Gritó y empujó a Lucas al piso.
Lucas la miró sorprendido y Milagros reaccionó y se dio cuenta de lo que había dicho. Lucas suspiró.
- Ya veo, entonces realmente es Francisco- Dijo resignado.
- Perdoname- Le dijo Milagros y salió corriendo.
Lucas se quedó tirado en el piso llorando. El gran amor de su vida lo había rechazado y no podía hacer nada.
Una lluvia torrencial se había apoderado de la ciudad. Milagros no llevaba paraguas, pero tampoco le importó mojarse por completo. No camino rápido hasta la parada del subte, al contrario, caminó lentamente. Cuando llegó al subte comenzó a pensar “Soy una persona horrible. Induje a Lucas a pensar que podría pasar algo, pero en ese momento lo que salió de mis labios fue Francisco.”. Bajó del subte y sus pensamientos continuaban “Me preocupé, decidí rendirme y aún así. Supongo que Francisco es el único para mí y así será siempre”. Milagros subió a la superficie y siguió pensando “Entonces me quedaré soltera para toda la vida y cuando mi momento final llegue, llevaré secretamente conmigo una foto de Francisco”.
Su mirada iba en el piso, no tenía el valor de ver a nadie a los ojos mientras caminaba, pues su alma, su corazón y su mundo estaban bajo el suelo. Pero algo hizo que su mirada se levantara y se detuviera: Francisco estaba ahí parado frente a ella, en la esquina de la salida del subte con un paraguas, mirándola a los ojos, esperándola.
En el próximo capítulo, el momento más esperado que se titula: El mejor beso

No hay comentarios:

Publicar un comentario