lunes, 3 de mayo de 2010

BESO TRAVIESO/// Capítulo 13: El mejor beso

-Francisco- Dijo Milagros sorprendida.
- Hola- Le dijo Francisco bajo el paraguas
- ¿Qué pasó? ¿Por qué estás bajo la lluvia?
- Te estaba esperando- Le dijo Francisco.
- ¿Esperándome?... ¿A mi?- Dijo Milagros confundida.
Francisco le dijo que volvieran a casa por que la lluvia empeoraba. Ninguno de los dos hablaba, iban bajo el mismo paraguas, pero como si fueran dos desconocidos. Por alguna razón Milagros sentía que Francisco estaba diferente. A mitad de camino, Francisco rompió el silencio.
- ¿Estabas con Lucas?
Milagros no respondió nada.
- Escuche que se te propuso- Dijo Francisco.
- Si, no todos me desprecian- Dijo Milagros irónica.
- ¿Y qué le respondiste?- Le preguntó mirándola de reojo.
- Eso no te importa- Le dijo Milagros enojada. ¿Por qué justo él le estaba haciendo esa pregunta?
- Supongo que no.
Ninguno de los dos dijo nada más hasta que Milagros rompió el silencio esta vez.
- Me voy a mudar- Le dijo a Francisco- Lo decidimos hoy con papá, así no voy a interferir con tu matrimonio. Quizás algún día me case con Lucas, le voy a ayudar a mi papá en el restaurante y todo va a estar bien ¿No te parece?- Le decía Milagros como creyendo realmente que eso era lo mejor- Vos te vas a casar con Chris y yo algún día con Lucas.
- ¿De verdad lo amás?- Le dijo Francisco de repente sin mirarla.
Milagros se sorprendió con esa pregunta y se paró en seco. La lluvia la mojaba, pero no se percataba, la pregunta había la había dejado anonadada.
- ¡Claro que si! Por que Lucas me ama desde siempre- Le dijo un poco enojada. Francisco se detuvo bajo el paraguas y ella aún seguía mojándose.
- ¿Y vos te enamorás de todas las personas que dicen amarte?- Le dijo Francisco de espaldas a ella también enojado.
- ¿Y qué tiene de malo eso?- Le gritó Milagros- ¡Estoy cansada de tantos años de amor no correspondido! ¿Por qué no te concentrás sólo en Chris? Olvidate de mi.
Francisco se dio vuelta.
- ¡Vos me amás a mi!- Le gritó- ¡No serás capaz de amar a nadie más!
Milagros se quedó muda y bajó la cabeza.
- ¿Por qué tenés tanta confianza en eso?- Le dijo sin creer sus propias palabras. Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos- ¡Es verdad! ¡Es como vos decís!- Gritaba Milagros llorando y sin percatarse de que Francisco se acercaba paso a paso- ¿Pero qué más hacer si no puedo evitarlo? Vos no me amás, ni siquiera te preocupás por mi.
De repente una mano suave tocó su mejilla y, antes de que pudiera reaccionar, esos labios que le habían dado aquel beso travieso en su graduación volvieron a hacerse sentir, pero de una manera muy distinta, esta vez transmitían calor, transmitían amor. ¿La lluvia? La lluvia no se sentía, ni las gotas, ni los truenos, ni el viento existían en ese momento. Milagros y Francisco, empapados hasta la médula, se besaban mientras él la abrazaba fuertemente.
- Es por tu culpa que yo…- Atinó a decir Milagros cuando él dejó de besarla. Pero no pudo decir nada más por que Francisco la atrapó en un fuerte abrazo.
- No me vuelvas a decir que amás a otro hombre- Le susurró al oído.
Milagros no entendía nada, sólo que uno de los sueños más anhelados de su vida se estaba haciendo realidad y ella no podía detener el tiempo para disfrutarlo.
- Es la segunda vez- Dijo bajito Milagros aún abrazada a Francisco.
- ¿Qué?- Dijo Francisco también bajito.
- Que me besás.
- En realidad es la tercera- Le dijo Francisco mirándola a los ojos, pero si sacar su mano de la cabeza de Milagros.
- Pero… ¿Cómo?
Francisco no le respondió. Le dio un beso en la mejilla y le dijo:
- Ya no tenés que contar más- Y volvió a abrazarla.
Milagros no entendía nada de lo que pasaba. ¿Acaso estaba soñando? Si era así no quería despertar jamás.
De repente, Francisco se separó y la tomó de la mano.
-Vamos a casa- Le dijo y se la llevó corriendo.
Milagros seguía sin entender nada, pero lo seguiría hasta donde fuera. El paraguas, único testigo de esa escena de amor, quedó allí tirado. La lluvia seguía, pero a ellos no les importó.
Mientras tanto, en la casa de la familia Ramos, Alberto intentaba explicarles a Norma y a Marcos que Milagros y él se mudarían lo antes posible. Milagros no podía seguir sufriendo de esa manera.
- Pero, ¿Tienen que irse?- Le decía Norma muy triste. Ya había pasado por eso una vez.
- Si, Mili y yo lo decidimos juntos. SI nos quedamos vamos a ser un estorbo.
- Eso no es verdad- Le decía Norma herida.
De golpe la puerta se abrió y aparecieron Francisco y Milagros totalmente empapados y tomados de la mano. Norma inmediatamente corrió a buscar unas toallas mientras Francisco caminaba hacia Alberto con Milagros tomada de la mano sin entender mucho lo que Francisco se proponía.
- Alberto, tenemos que hablar- Le dijo Francisco muy serio.
- Si, ¿Qué pasa?- Le contestó Alberto un poco sorprendido por la seriedad que mostraba Francisco.
- Dejame casarme con Milagros.
Todos gritaron un ¡¿QUÉ?! a coro. Fue tanta la sorpresa que a Norma se le cayeron las toallas. Milagros tampoco se lo esperaba, no pudo gritar por que esas cuatro palabras le zumbaron en la cabeza y estaban rebotando sin dejarla conectarse con la realidad.
- ¿Lo estás diciendo de verdad?- Le dijo Norma sin poder creerlo.
- Si, finalmente me di cuenta de que amo a Milagros. Obviamente no va a ser inmediatamente, nos casaríamos después de graduarnos. Además necesito tiempo para explicárselo a Chris, pero no puedo imaginar un futuro con otra persona que no sea Milagros.
Milagros lo escuchaba incrédula, todavía no lograba descifrar si todo eso era un sueño o la realidad.
- Alberto- Dijo Francisco mirándolo serio- ¿Nos vas a dar tu bendición?
- Francisco- Dijo Alberto reflexionando- Ella no sabe hacer nada bien.
- Si, lo sé- dijo Francisco.
- No es muy lista.
- Si, lo sé.
- No sabe cocinar.
- Si, lo sé.
Milagros veía como los dos hombres más importantes de su vida destrozaban su autoestima, menos mal que la querían.
- Siempre comete errores por sacar conclusiones precipitadas.
- Si, lo sé.
- Pero es alegre, tiene gran voluntad, es decidida y adorable.
- Si, lo sé- Dijo Francisco sonriendo.
- Francisco, cuidá bien de Milagros- Dijo Alberto sonriendo.
- Si, lo voy a hacer- Y luego se dedico a su futura esposa- Mili ¿Puedo hacerlo?
- Si- Dijo ella diciendo la primera palabra después de todo ese loquero.
Norma abrazó fuerte a Milagros. Estaba eufórica de alegría, no podía creer que todo eso estuviera siendo real.
- ¡Bien dicho Fran!, ¿Sabés cuanto tiempo estuve esperando este momento?- Decía Norma aún abrazando a su nueva nuera- Felicidades Mili- De repente la soltó- ¡El video! Tengo que filmar esto- Dijo y se fue a buscar la videocámara, era uno de esos momentos invaluables que valía la pena filmar.
Milagros miraba todo a su alrededor. Su cabeza estaba en blanco. Aún no podía descifrar si eso era un sueño o si era la realidad. ¿Francisco se quería casar con ella?
- ¿Mili?- Dijo Francisco mientras atajaba a su novia que se desvanecía en el piso.
La noticia había sido demasiado para ella y todo había sido muy rápido.
Esa noche, antes de irse a dormir los enamorados se encontraron en el pasillo.
- ¿Ya estás mejor?- Le dijo Francisco preocupado.
- S… si- Dijo Milagros sin mirarlo a los ojos.
- Bueno, entonces me voy a dormir.
Algo se lo impidió, quizás la razón era que una mano tiraba de su pijama.
- ¿Qué pasa?- Le dijo Francisco al ver a Milagros tomada de su camisa pijama.
- Es que siento que si te vas a tu habitación, en la mañana vas a volver a ser el Francisco de siempre.
- ¿Entonces querés que duerma en tu habitación?
- ¡No me refería a eso!- Dijo Milagros escandalizada y colorada.
- Claro que no, además todos en la casa estarían escuchando qué pasa- Dijo Francisco mirando para el otro lado.
- ¿De verdad querés estar conmigo?- Le preguntó Milagros aún incrédula.
- Si- dijo Francisco sonriéndole- Creo que me convertiste en un masoquista.
- ¡Te amo Francisco!
- Si, eso lo sé muy bien- Le contestó aún sonriéndole con ternura.
- Pero… no pensé que vos también me amaras- Le dijo Milagros sin darse cuenta de que todavía estaba agarrada del pijama de él.
- Sólo me rendí ante vos- Le dijo y la abrazó fuerte y le susurró al oído- Te amo.
Milagros terminó por creer que estaba en la realidad, en la dulce e increíble realidad y lo abrazó.
A unos metros de allí, detrás del pasillo, una cámara captaba la escena a la perfección.
- Mamá, ¿Podés terminar con eso?- Dijo Marcos bajito.
- Pero mirá que buena toma tengo- Dijo Norma concentrada en filmarlo todo.
Ambos se separaron y fueron cada uno a su habitación, el día siguiente sería largo y lleno de explicaciones para muchas personas.
Al primero que fueron a ver fue Franco. Francisco debía explicarle lo de la entrevista de matrimonio y la confusión que tuvo entre el deber de las responsabilidades y el deber del corazón.
- Lidiaré yo mismo con la entrevista de matrimonio así que…
- No te preocupes por eso- Le dijo Franco- No te preocupes por mi o por la empresa y Mili, cuidá bien de él.
- Si, así lo haré- Dijo Milagros sonriendo a Franco y luego a Francisco.
Una vez que resolvieron ese tema con Franco, Milagros se encontró con sus amigas en la cafetería de la facultad quienes no podían creer lo que había pasado.
- ¿Te vas a casar con Francisco Ramos?- Dijeron las dos a coro.
- ¿Comiste algo raro?- Le dijo Mariela.
- Ya estoy cansada de tus bromas- Dijo Jimena.
- Que malas, es la verdad- Dijo Milagros tratando de ponerse seria.
- ¿En serio?- Dijo Mariela.
- Bueno, no de inmediato, pero quizás después de la graduación.
- No puedo creerlo- Dijo Mariela.
- ¡Los milagros existen!- Dijo Jimena.
- ¿Cómo derretiste su corazón de hielo?- Dijo Mariela.
- Bueno, podés lograr cualquier cosa si te esforzás en ello- Dijo Milagros un poco avergonzada.
- Te voy a hacer mi modelo de esperanza en la vida- Dijo Jimena.
- Felicidades- Le dijeron ambas abrazándola.
- Pero está el tema de la prometida de Francisco- Dijo Mariela.
- Y también está Lucas- Dijo Jimena.
Milagros se entristeció un poco.
- Francisco se va a encargar de decírselo a Christine, y… yo me tengo que encargar de decírselo a Lucas.
Unas chicas que estaban sentadas cerca de ellas escucharon la conversación y sin darse cuenta se pusieron a comentar el tema cerca de uno de los chicos de la cafetería, y menos se dieron cuenta que ese chico de la cafetería era el que le había preguntado a Milagros si quería ser su novia.
Mientras tanto, Francisco se encontró con Christine y le explicó la situación.
- ¿No podés casarte?- Dijo Christine.
- No espero que me perdones, pero no puedo engañarme más a mi mismo.
- Es Milagros ¿No?
Francisco asintió con la cabeza.
- Creo que fui egoísta- Le dijo Francisco- Creo que es natural que la culpa sea mia.
- Sos muy honesto Francisco, que envidia- Christine miraba por la ventana a los chicos que jugaban en el parque- No te preocupes yo voy a hablar con mi papá.
Christine se levantó y Francisco hizo lo mismo.
- Estoy muy feliz de haberte conocido, Bye Bye.- Dijo y se fue.
Unas horas más tarde, Milagros estaba en el restaurante de su papá, donde Lucas estaba ordenando las cosas para esa noche. Esa era la persona a la que más le costaba contarle esa buena noticia por que sabía que no sería una buena noticia para él. Lucas siempre había sido su amigo y no quería lastimarlo, pero tampoco podía negar el amor que sentía por Francisco y menos ahora que él la había correspondido.
- Lucas- Dijo Milagros por fin.
- ¡Ay, estoy muy ocupado!- Dijo Lucas evitando a Milagros pues sabía lo que iba a escuchar.
- Lucas, tenemos que hablar- Le dijo Milagros juntando valor.
- Disculpame, pero estoy muy ocupado. Tengo las manos ocupadas- Le dijo de espaldas a ella.- Quizás la próxima vez.
- Si querés yo sigo- Dijo un compañero que estaba escuchando lo que pasaba.
- ¡No te pedí ayuda!- Le gritó Lucas al pobre hombre que salió corriendo- Mili, ¿Podrías irte a casa por favor?
- Lucas- Dijo una voz masculina.
- ¡Francisco!- Dijo Milagros asustada.
- Tenemos que hablar- Dijo Francisco serio.
- ¡No tengo nada que hablar con vos! Váyanse y déjenme trabajar tranquilo- Dijo Lucas enojado.
- Lucas, planeo quedarme con Milagros- Dijo Francisco sin anestesia y tomando a Milagros por los hombros.- Sé que es malo para vos recibir esta noticia, pero planeo casarme con ella.
- ¡No digas cosas estúpidas!- Dijo Lucas dándose vuelta- ¡Siempre fuiste frío con Mili, es muy tarde para que digas algo así! ¡No lo voy a permitir! Soy devoto de Mili desde siempre…
- Lucas- Dijo Milagros- Lucas, disculpame. Después de todo… yo amo a Francisco.
- Ya lo sé- Dijo Lucas- No importa si no lo permito. Después de todo siempre estuviste enamorada de él. La verdad que sos muy mala para elegir a los hombres. No me importa si te arrepentís después.
- Lucas- Dijo Milagros.
- ¡Francisco, cuidá bien de ella! ¡No la hagas llorar ni un poco por que te juro que voy a estar alerta!- Le advirtió con lágrimas en los ojos, pero sin llorar.
- Si, lo sé muy bien- Dijo Francisco.
- Lucas, Gracias- Dijo Milagros contenta.
Lucas los sacó del restaurante con la excusa de que debía seguir trabajando y ellos se fueron.
- Lucas, fuiste muy fuerte- Dijeron sus compañeros cuando la pareja se fue, pero se encontraron con un Lucas destrozado, llorando.
Todos lo abrazaron y lo consolaron, incluso Alberto que presenció la escena desde la cocina.
- Jefe- Dijo Lucas mientras Alberto lo consolaba- Quería decirle suegro.
Milagros y Francisco partieron hacia su casa. Había sido un largo día.
- Si que herimos a muchas personas- Dijo Milagros un poco triste.
- No podríamos haber logrado lo que queremos si nos seguíamos preocupando por eso ¿No?- Le contestó Francisco.- Teníamos que superarlo.
- Si, pero…
- Bueno, tampoco sabemos lo que nos depara el futuro- Dijo Francisco para cambiar de tema.
- ¿Qué?- Dijo Milagros. Lo único que faltaba era que se arrepintiera.
Volvieron discutiendo, él la peleaba para hacerla distraer. Ya no podía negarlo, le encantaba verla enojada, le transmitía una ternura que le resultaba irresistible.
Cuando llegaron a su casa encontraron a Norma hablando por teléfono muy preocupada. Al parecer Franco se había ido del hospital y no sabían donde estaba.
Luego de averiguar un poco, descubrieron que Franco había ido a hablar con el señor Robbins, el papá de Christine.
- Realmente lo siento- Decía Franco, que se sentía bien, pero aún no estaba totalmente recuperado- Francisco actuó por su cuenta. Si hubiera algo que pudiera compensar lo que sucedió.
- Lo escuché de mi hija- Dijo el señor Robbins con su acento inglés al hablar español- Señor Ramos ¿Usted quiere el préstamo de mi banco o no?
- Si, pero…
- ¿Qué es lo que no le gusta de Chris? ¿Qué es lo que le falta?
- No le falta nada- Dijo una nueva voz.
Los dos hombres miraron hacia la puerta y allí estaba Francisco.
- Francisco ¿Por qué estás acá?- Dijo su padre.
- Chris es una chica perfecta- Dijo Francisco dirigiéndose al señor Robbins.
- Entonces ¿Por qué no te vas a casar con ella?
- Mi explicación quizás esté llena de defectos, pero hay una chica a la que amo más que a Chris.
Milagros espiaba la escena desde la puerta y no creía las palabras de Francisco.
- Entiendo las consecuencias de rechazar la propuesta de matrimonio, así como las cosas en contra de mi padre- Dijo Francisco muy serio.- Sin embargo, si engaño mis sentimientos y me caso con Chris, no sólo la estaré traicionando a ella, sino a mi mismo. Nadie estaría feliz si hiciera algo así.
- ¡Mil disculpas!- Dijo Milagros de repente precipitándose a la sala corriendo- Sé que estoy siendo egoísta. Soy una persona horrible por herir a otros. Pero, no puedo rendirme. Siempre he amado a Francisco, siempre. Es por eso que ¡Realmente lo siento!
- Lo sentimos- Dijo Francisco.
- No hay razón para disculparse- Dijo Christine desde un sector de la habitación- Para ser honesta yo tampoco quería casarme. Es por eso que me sentí aliviada cuando Fran rechazó la propuesta.
- Christine, volvé a tu habitación, este no es…- Dijo el señor. Robbins en inglés.
- Papá- Interrumpió Christine también en inglés y luego en español para que todos entendieran- Estoy enamorada de alguien más. Por fin conocí al hombre con quien estoy destinada a estar para toda la vida.
- ¿De qué estás hablando?- Dijo el señor Robbins en inglés.
- Elegí por mi misma a mi pareja papá- Dijo Christine en inglés para que su papá pudiera entender más fácil- ¡Esto no es de tu incumbencia!- Luego se dirigió a Milagros y Francisco- Fran, Mili, espero que encuentren la felicidad. Yo también encontraré el amor.
Luego de eso, Milagros y Francisco se encargaron de llevar a Franco al hospital y Norma se disculpó con los médicos por el comportamiento de su marido. Los tres volvieron a casa, después de un largo día.
Al otro día, un mensaje llegó al celular de Francisco, era de Chris, lo cual sorprendió a Milagros. Lo que la sorprendió más y también lo sorprendió a él fue que el mensaje era para ella. Christine le pedía a Milagros si se podían encontrar en la cafetería de la facultad por un tema muy importante.
Como Christine le caía bien y le daba mucha intriga lo que pudiera llegar a decirle, Milagros fue y se encontró con una noticia sorprendente.
- Necesitaba darte las gracias- Le dijo Christine.
- ¿A mi?- Dijo Milagros sorprendida.
- Si, por que antes me parecía normal hacer todo lo que mi padre me decía. Pero después de verte a vos y a Francisco me di cuenta de que nosotros mismos tenemos que elegir nuestro camino en la vida.
- No, de nada- Le dijo Milagros sintiendo mucha ternura por ella- y decime ¿Qué clase de chico es el que te gusta?
- Es un hombre apuesto y sexy. La verdad no me gustan mucho los chicos como Fran.
- ¿Qué?- Dijo Milagros un poco ofendida de que llamaran a su novio (si, su novio) feo.
- Es difícil decirlo por que es la persona que vos elegiste, pero la verdad que tenés mal gusto en cuanto a hombres- Le dijo Christine muy crítica y seria.
De repente, los ojos de Christine se iluminaron y una sonrisa se formó en su rostro al ver a alguien detrás de ellas. Milagros miró para atrás pero no vio a nadie lindo ni sexy, sólo a Lucas cargando unas cajas desde el almacén.
- Es tan apuesto y sexy ¿No te parece?- Dijo Christine sonrojada.
Milagros no podía creer lo que sus ojos veían y sus oídos escuchaban.
- No me digas que el chico que te gusta es…
- Lucas es el hombre más apuesto del planeta ¿O no?
Milagros miró a Lucas, que justo en ese momento se tropezó con cajas y todo, y trataba de entender qué era lo que veía Christine en él. Pero sobre gustos…
Christine se levantó y corrió hacia el mostrador donde Lucas cortaba unas verduras.
- ¡Lucas!- Gritó Christine eufórica.
- ¿Qué hacés acá devuelta?
- Si, vine devuelta- Le dijo ella mirándolo embelesada.
- ¿Qué vas a pedir?- Le dijo él como si fuera cualquier persona de todo el universo.
- Un Lucas por favor- Dijo Christine muy directa, pero Lucas no entendió la indirecta súper directa.
- No entiendo las bromas inglesas- Le dijo serio.
- ¡No es una broma!- Le dijo Christine- Lucas, casate conmigo.
Lucas se quedó sorprendido, pero lo tomó como una broma.
Esa noche, Franco volvió a su casa. Le prepararon una gran fiesta de bienvenida. Había muchas cosas que festejar últimamente, así que festejaron todo al mismo tiempo.
- Tenés que cuidarte, Franco, todavía te estás recuperando- Le dijo su amigo de la infancia.
- Me temo que no va a poder ser posible, con mi internación se acumuló mucho trabajo en la oficina.
- Yo te voy a ayudar- Le dijo Francisco sorprendiendo a todos.
- ¿Y qué hay de la facultad?- Dijo Norma preocupada.
- No voy a ser médico. Me voy a dedicar a ayudar a papá. Como me dio la bendición para casarme con Mili, me parece que lo justo es que lo ayude.
Franco suspiró y luego dijo:
- Francisco, no pienses así de mi. Podés hacer lo que vos decidas. Yo me voy a encargar de sacar la empresa adelante.
- Pero…- Dijo Francisco.
- Yo me voy a hacer cargo de la compañía de papá- Dijo Marcos de repente.
- ¿Hacerte cargo? Pero todavía estás en primaria Marcos- Le dijo Milagros.
- Tonta, estoy hablando del futuro. Papá va a tener que aguantar hasta que yo pueda hacerme cargo. Así que Fran convertite en doctor así podés ayudar a los que sufren como Juani.
- No es ser egoísta- Le dijo Milagros a Francisco- Estoy segura de que mucha gente necesita tu ayuda.
- ¿Seguro que puedo?- Le preguntó una vez más Francisco a su papá.
- Si, un hombre no debe dejar que nada se interponga en su camino.
- Entonces, lo voy a hacer. Voy a convertirme en doctor.
- Ay, cuantos hombres maravillosos- Dijo Norma contenta- Ah, cierto, dejen el domingo de dentro de dos semanas libre por favor.
- ¿Por qué?- Dijeron todos.
- Por que va a ser la boda de Fran y Mili.
Todos saltaron de sus asientos, especialmente Francisco que no entendía de qué hablaba su mamá.
- ¿Qué clase de broma es?- Dijo Francisco enojado.
- Las cosas buenas hay que hacerlas rápido- Dijo Norma- Además, si esperamos a que te gradúes, te podés llegar a arrepentir.
- Eso podría pasar- Dijo Marcos.
- Así que ya reservé el salón con la tarjeta de tu papá. ¡Ay Mili! tenemos que empezar el tratamiento de belleza para estar divinas para ese día.
Todos miraba a Norma sorprendidos, no podían creer cual en serio tomaba las cosas.
- Tenemos que elegir el vestido, hacer la lista de invitados- decía Norma mientras los demás la observaban- ¡Vamos a estar muy ocupados!
Dos semanas después, el gran día había llegado. Nadie entendía como una pareja podía decidir en dos semanas casarse. Pero la realidad era que Milagros hacía mucho tiempo que amaba a Francisco y él la conocía tal como era, así que si se amaban así, lo mismo sería dentro de unos años. Además, cómo convencer a Norma de suspender esa locura.
Milagros ya estaba lista. Nerviosa esperando para entrar. Con ella estaban Norma, Marcos y Franco y fuera, esperándola para entrar, estaba Alberto.
- Me estoy empezando a poner nerviosa- Dijo Milagros.
- No vayas a arruinar tus votos matrimoniales- Le advirtió Marcos.
- Ay, no había pensado en eso- Dijo Milagros poniéndose más nerviosa.
- Milagros- Dijo Marcos con una sonrisa maliciosa- Para celebrar tu boda, te voy a contar algo realmente bueno.
Milagros llena de intriga, acercó su oído hacía su cuñado que le susurró:
- Aquella vez en Villa Romance…
- ¡QUÉ!-Gritó Milagros de una manera que toda la iglesia la escuchó.
Mientras tanto, el novio la esperaba en el altar. Parecía un poco enojado o nervioso o ambas. Pero todo desapareció cuando la novia entró.
Milagros se veía hermosa, incluso parecía más adulta. Francisco se quedó sorprendido al verla y la recibió con una sonrisa.
- Francisco, por favor cuidá de Mili- Le dijo Alberto.
- Si- Le dijo Francisco sonriendo.
Mientras el padre hablaba, Milagro no pudo quedarse muda.
- Francisco, ¿Estás enojado?
- Bueno, esto surgió sin mi consentimiento, pero ya que estás tan hermosa no me importa.
- Francisco Ramos- Dijo el padre- ¿Tomás a Milagros Pasos en la salud y en la enfermedad, para amarla y respetarla, para que sea tu legítima esposa?
- Si, acepto- Dijo Francisco si basilar.
“Soy la novia de Francisco” Pensaba Milagros “Seré la esposa de Francisco, a quien realmente admiro”
- ¿… como tu legítimo esposo?
Milagros no contestaba pues soñaba despierta.
- Hey- La codeó Francisco.
- ¿Eh? Ah. Si, acepto- Dijo Milagros despertando de repente.
- Ahora el intercambio de los anillos- Dijo el padre.
Francisco, una vez más, lo hizo perfectamente. Milagros, por su parte, volvió a equivocarse.
- Esa es mi mano derecha- La retó- dejá de dormir despierta.
Milagros corrigió su error, pero había algo que tenía que decirle:
- Decime una cosa Francisco.
- ¿Qué?
- Me amás desde hace mucho tiempo ¿No?
- ¿De dónde sacaste ese tipo de conclusión?- Dijo enojado.
- Lo saqué de Marcos. El segundo beso fue en Villa Romance ¿O no?- Dijo Milagros con una mirada de astucia.
- Voy a matar a ese niño- Dijo Francisco mirando a su hermano.
- También estabas loco por mi ¿No?- Dijo Milagros tan contenta que lo abrazó del cuello y lo besó, tomándolo por sorpresa.
Todos los invitados también quedaron sorprendidos.
- Mili si que tiene coraje- Dijo Jimena.
- Bien hecho- Dijo Mariela sonriendo.
- Te lo merecés- Le dijo Milagros.
- Me atrapaste- Le dijo Francisco cuando salió de la sorpresa.
Salieron de la iglesia y todos los aplaudieron. Era el día más feliz de la vida de Milagros, el día que tanto había soñado. Por su mente pasaron todos aquellos momentos que habían ocurrido desde aquella loca carta de amor rechazada: el examen de los cincuenta mejores, la carrera de postas, cuando Francisco la salvó del agua, cuando fue el maestro de toda su clase y le confesó su incertidumbre por el futuro, la foto fallida de navidad, las vacaciones en villa romances, su apendicitis, cuando Marcos se enfermó y él la consoló, conocer a Christine, que Francisco le confiara sus ganas de ser médico, su ida de la casa de los Ramos, su regreso a la casa de los Ramos, cuando Francisco le dijo que le hacía la vida emocionante, su regalo de San Valentín fallido y sobre todo aquel beso travieso en el día de su graduación que hizo que su mundo cambiara y, más que eso, aquella confesión bajo la lluvia que convirtió su vida de sueños en su hermosa realidad. “Ahora que lo pienso” pensaba Milagros “fue un largo camino. Hubo días en los que también lloré, pero los días que pasé con Francisco fueron muy lindos a pesar de cómo me molestaba”
- Vamos a estar siempre juntos ¿No?- Le preguntó a su marido.
- Siempre- Le dijo él sonriendo.

Pero no termina aquí, La historia de Milagros y Francisco continúa. ¿Qué pasará con Christine y con Lucas? ¿Se convertirá en médico Francisco? ¿Cómo será la vida de casados de nuestra pareja dispareja? Estas incógnitas se revelarán además de nuevas aventuras como un hombre nuevo en la vida de Milagros, un cambio de carrera de ella, Francisco conocerá que existen sentimientos que no pensaba que existían, nuevos personajes y un final, el verdadero final, increíblemente adorable y que hará que Milagros nos demuestre a todos que nada ni nadie es imposible.

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