domingo, 19 de junio de 2011

LAS VUELTAS DEL AMOR

¿Por qué será que en el amor nada es predecible? Hace un tiempo ya que estoy pensando en lo complicada que es la situación. Nada es predecible ni planeable, nada es lógico ni común. Si nos ponemos a pensar, no hay dos historias de amor iguales nunca. Todas las circunstancias siempre son distintas, las mismas personas pueden tener distintas historias de amor en las que reaccionaron de manera distinta en cada una de ellas. ¿No es hermoso e increíble que el amor sea tan creativo que nos regale siempre una historia propia?
A veces también pasa que una historia de amor que parecía irrompible, se rompe sin saberse por qué. Las causas aparecen de repente y hacen que todo lo hermoso que se había construido con el tiempo, se caiga abajo en un solo instante. Esas son las historias que me entristecen, por las cuales derramos lágrimas como si fueran propias. No entiendo bien las causas, trato siempre de buscar los por qué a la cosas, pero cuando del amor se trata jamás pude encontrar respuestas ni justificaciones.
A veces nos pasa que en la cabeza creamos escenas románticas que podrían ser usadas en Hollywood y que rara vez terminan sucediendo o inventamos finales alternativos a momentos que ya ocurrieron. Así pasó en una película que vi, que entre el material extra tenía el final alternativo, y que me hizo pensar: Tan fácil es cambiar el final de una película, pero es tan complejo en la vida real. Un final distinto podría significar un futuro totalmente diferente. Ese es el problema de las historias, novelas y películas, que solo nos muestran un final, pero no significa que ese sea el verdadero final pues después de eso la historia continúa y quizás un hermoso final puede convertirse en un final muy triste o viceversa.
¿Cuántas historias de amor hay que comienzan, terminan y vuelven a comenzar? Muchas. Supongo que es por que en el momento donde empezaron no era el mejor momento o el momento que debía ser. Me ha pasado que conocí a alguien que pensé que era perfecto para mi y ciertas cosas ayudaban a que las cosas fueran bien, pero desde cierto punto de la historia todo fue en picada, todo fue desencuentros y añoranza de verlo y sueños esperanzados y nosotros tratando de luchar contra estos desencuentros (especialmente yo), pero llegué al punto de pensar que quizás, por más perfecto que sea para mi, quizás no esté dentro de mi destino estar con él o quizás no ahora, quizás en otro momento. Por eso no hay que forzar al destino, el destino es un sabio autor de vidas que escribe día a día páginas en nuestras vidas tratando de llevarnos a donde su imaginación nos quiere llevar. Si como personajes, intentamos revelarnos al autor haciendo nuestro parecer, él logrará ganarnos por que por algo las cosas son como son y se supone que son así para mejor de cada uno de nosotros.
Es probable que cuando las cosas pasan no lo veamos así, personalmente me dan mucha bronca los desencuentros y que las cosas que sueño nunca se hagan realidad como yo quiero. Pero eso es en el presente. Cuando pasa el tiempo y miro hacia atrás, a veces entiendo el por qué de ciertas cosas y no me dan tanta bronca.
Pensemos en las personas adultas y solteras que encuentran el amor luego de muchos años. Quizás ellos y las personas de su alrededor creían que nada cambiaría nunca, pero si el amor tiene destinado alguien para su vida, sea a la edad que sea, siempre va a llegar. Me siento hipócrita al escribir esa última frase “Siempre va a llegar”, por que yo soy de las que por momentos siente que nunca va a llegar, que nunca va a venir por mi y que aunque mi imaginación vuela y vuela lejos, no logro imaginar la situación que me lleve a encontrar a ese amor que el destino me ha deparado.
A veces el amor da tantas vueltas que me marea un poco, me cuesta seguirle el ritmo, me lleva, me trae, me ilusiona y me hace caer contra el piso. No recibí del amor las mejores satisfacciones aún, creo que no recibí ninguna al momento, pero ¿Qué más me queda que seguir confiando? No sé por qué, trato de decir “ Basta, me cansé, se terminó acá, no confiaré más en el amor”, pero no puedo, sigo confiando y sigo soñando y mayormente sigo esperando a que el amor me lleve a dar una de sus vueltas y así un día pueda contar en mi blog una historia de amor personal, verdadera y única como todas las demás y sonreír como tonta mientras lo hago por que al escribirla voy a sentir que todo eso lo viví. Ese relato tendrá un final que no será realmente el verdadero final pues ese ni yo lo conoceré hasta que pase al otro plano en mi existencia y ahí recién quizás podré decir “Esta historia de amor llegó a su fin aquí” pues hasta el último día de mi vida, jamás podré saber lo que la vida, el amor y el destino me puedan llegar a preparar.

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