miércoles, 27 de enero de 2010

BESO TRAVIESO///Capítulo 4: Emocionantes vacaciones de invierno

Luego de tres meses de vivir en la casa de los Ramos, Milagros se acostumbró a todos y a todo, incluso a los maltratos de Francisco y su discípulo Marcos que lo imitaba en todo. Al comenzar las vacaciones de invierno, Milagros estaba de mal humor, debía ir a clases de apoyo para rendir las previas del que le habían quedado en marzo. Fue al baño a despejarse y mientras daba un gran bostezo escuchó una voz que decía:
- ¡Qué boca tan grande!- era Francisco que debía ir a su club de tenis- Apurate que somos varios los que tenemos que hacer cosas.
- Madrugando en vacaciones- Dijo Norma que se despertaba para hacer el desayuno a Franco. Vos te vas a tenis- dijo refiriéndose a Francisco- pero vos Mili ¿A dónde vas?
- Algunas personas deben materias del año pasado- Dijo Francisco lavándose la cara mientras Milagros se cepillaba los dientes.
- ¿Pero cómo? ¿No fuiste la número cincuenta?- Dijo Norma confundida.
- Si, pero ella tiene problemas muy antiguos- Siguió burlándose Francisco.
Milagros se vistió rápidamente. Se había anotado junto con Lucas, Mariela y Jimena en un grupo de apoyo y Lucas la iba a venir a buscar en cualquier momento. Cuando bajó se encontró con Marcos que también había madrugado y andaba con un cuaderno observándola detenidamente.
- ¿qué es ese cuaderno?- Preguntó Milagros con curiosidad.
- Es mi proyecto como tarea de vacaciones- Dijo escondiendo el cuaderno de los ojos de Milagros.
- Querido Marcos, la tarea de vacaciones se hace los últimos dos días de vacaciones, no al principio- Dijo Milagros como si su consejo fuera una verdadera sabiduría.
- Por eso debés ir a clases de apoyo- dijo burlándose de ella
Pronto sonó el timbre, era Lucas que la estaba esperando para ir juntos. Milagros corrió a buscar su mochila que se la había olvidado en el cuarto, mientras tanto Marcos seguía con su proyecto. Tenía que escribir sobre alguien y había decidido que ese alguien sería Milagros, la dejaría como a una tonta. “día uno, las vacaciones de invierno empiezan hoy y Milagros ya entró en pánico por que llega tarde a sus clases de apoyo, no quiero convertirme en un estudiante de secundaria como ella”
Francisco salió de la casa y se encontró con Lucas que lo miraba enojado como siempre, no podía tolerar que viviera bajo el mismo techo que Milagros.
- Buenos días Señor genio.- Dijo Lucas provocándolo, pero Francisco siguió de largo sin mirarlo. Lucas siguió provocándolo- ¡Qué clase! Jugando tenis tan temprano.
- Vos parece que te estás esforzando mucho- Le contestó Francisco cansado de escucharlo.
- ¡Nunca se sabe cuando ser llamado “genio” todos los días podría convertirte en un monstruo!- Dijo Lucas con una sonrisa irónica en el rostro.
Francisco se dio vuelta y le dijo:
- Si, es verdad
Y siguió caminado. A Lucas le reventaba que hiciera eso, pero justo salió Milagros y se olvidó de Francisco.
Cuando los chicos se fueron Norma buscó la correspondencia y encontró una carta del antiguo colegio al que habían ido Franco y Alberto que decía que los esperaban para una reunión de ex alumnos todo un fin de semana. A Norma se le ocurrió una idea, una muy buena idea para lograr acercar a Francisco y a Milagros.
El destino tenía algo en contra de Milagros por que desde la ventana del instituto al que estaban yendo a prepararse para las previas se veía la cancha de tenis en donde practicaba Francisco. Parecía obra de un demonio o quizás de un ángel, el problema era que hasta que no llegó la profesora no pudo sacar los ojos de Francisco jugando al tenis por más que Lucas le gritara cosas desde atrás.
Luego de las clases Lucas se acercó a ella y le preguntó muy seriamente:
- Mili ¿cómo va tu casa nueva?
- La verdad que no sé- dijo pensativa- Mi papá hace mucho que no me dice nada.
- Entonces vamos a ver- Dijo Lucas tomándola del brazo- Te tenés que ir de esa casa lo más rápido posible.
Los cuatro fueron a ver la casa en construcción de Milagros y se encontraron con algo terrorífico: la casa no había avanzado casi nada en la construcción. A Lucas casi le da un paro cardíaco del susto y Milagros no podía entender a que se debía semejante tardanza.
Fue muy rápido a su casa para contarle a su padre lo que pasaba con la casa nueva cuando desde la puerta del living escuchó algo que la irritó:
- Mamá, terminala, yo no voy a salir con ella nunca en la vida y menos me voy a casar. No podría permanecer para siempre con alguien como ella.
Sabía quien era y no dejaría que hablara así de ella sin defenderse. Entró de golpe al living y le dijo:
- ¿A qué te referís con eso?
- Sólo estoy diciendo que tengo derecho a elegir- Dijo dándose vuelta para contestarle.
- Aunque después te arrepientas y digas que te querés casar conmigo no te voy a aceptar.- Dijo enojada tirando la mochila.
- Eso si me tranquiliza- dijo riéndose- de esa forma si me enamoro de vos, me ahorro esa equivocación.
Milagros se descolocaba cuando le decía esas cosas, no sabía si hablaba en serio o si se burlaba de ella.
- De todos modos, terminemos con esta discusión, no vale la pena- Dijo Francisco y se fue dejando a Milagros muy enojada.
Esa noche el pronóstico anticipó que el viernes siguiente se produciría el conocido “veranito de San Juan” y se pronosticaban altas temperaturas. Milagros estaba en su cuarto revoleando las almohadas, enojada por todas las cosas que decía Francisco sobre ella cuando le sonó el celular. Era Jimena, contándole sobre el “veranito de San Juan” que se acercaba e invitándola a ir a las Piscinas de Parque Norte.
Norma le había ido a llevar un jugo mientras escuchó un poco de la conversación:
- Ir el viernes a Parque Norte, me parece una estupenda idea.
En su mente apareció otra brillante idea.
El viernes a la mañana Franco y Alberto partieron a su reunión y Milagros empezó a preparar el bolso para ir a Parque Norte.
- ¿Qué vas a hacer en tus vacaciones Mili?- Preguntó Norma sabiendo a donde iba- Hoy está lindo para ir a la Piscina.
- Si, justamente me voy a Parque Norte con los chicos- le contesto muy contenta.
Norma le sonrió, su plan comenzaría ese día.
Una vez que los chicos llegaron a Parque Norte, las chicas fueron a cambiarse y Lucas las esperó en la puerta. Jimena y Mariela se pusieron unos lindos bikinis mientras que Milagros se puso una maya enteriza que parecía de competición.
- Mili, ¿Por qué no te pones algo más sexy?- Preguntó Mariela retándola.
- ¿Qué tiene de malo mi maya?- preguntó ofendida.
- Eso no es verdad, vos sos linda sin importar lo que uses- Dijo Lucas. Milagro se puso un poco colorada.
- ¡Qué traje de baño poco atractivo!- Dijo una voz que Milagros supo reconocer. Era Marcos de la mano con Francisco.
- ¡Francisco!- Dijo Milagros tapándose la maya sintiéndose avergonzada.
- ¿Qué hacés acá? ¿Nos estás siguiendo?- Dijo Lucas enojado.
- Claro que no, nosotros no somos como ustedes- Dijo seriamente y suspirando por habérselos encontrado allí.- Ahora entiendo- Dijo Para si mismo.
La noche anterior, Marcos le pidió a Francisco si lo podía acompañar a Parque Norte y Francisco le dijo rápidamente que no, pero su madre lo obligó a hacerlo insistiendo demasiado como para hacerlo solo por Marcos. Ahora entendía por que su mamá lo había obligado de esa manera.
- ¿Ustedes no deberían estar estudiando para las previas?- Preguntó Marcos- ¿Ya empezaste tu tarea?
- Te dije que la tarea se hace dos días antes de que empiecen las clases- Dijo Milagros fastidiada de su actitud.
- Después de todo son vacaciones, olvídense de cosas como la tarea- Dijo Lucas relajado- ¿Cuál es el punto si no la disfrutas?- Tomó del brazo a Milagros y se la llevó al agua impaciente por entrar.
Francisco no podía creer lo que veía: Lucas se humillaba nadando en la pileta gritando “Mili, mirá como nado, ¿Me estás mirando?”. No creía tolerar eso por mucho tiempo. Milagros se moría de vergüenza.
Luego jugaron al voley, y al ser Milagros poco habilidosa, tiró la pelota lejos. Como Lucas la quiso salvar corrió sin mirar y se golpeó fuertemente contra un árbol. Entonces decidieron ir a la pileta a nadar un rato. Jugaban tirándose agua y Marcos los observaba desde la pileta para los chicos, pero él necesitaba más cercanía para poder seguir escribiendo su tarea para el colegio.
- Fran, Quiero helado ¿No irías a comprarme uno?- Dijo para evitar la vigilancia de su hermano.
Francisco fue por el helado mientras Marcos se dirigía a la piscina más profunda y de un resbalón cayó al agua sin saber nadar.
Francisco estaba por recibir el helado cuando escuchó a unas chicas describir a Marcos junto con la frase “se estaba ahogando”. Abandonó el helado y corrió hacia donde debía estar su hermanito y lo vio, acostado en las piernas de Milagros, descansando de la caída, lo cual lo tranquilizó.
- Marcos, no deberías entrar a las piscinas donde tus piernas no llegan al fondo- Dijo Milagros dulcemente mientras Marcos se levantaba.
- ¿A caso no sabés nadar?- Dijo Lucas tocándole la cabeza.
Marcos se enojó y le contestó:
- No me toques idiota, mucho menos vos que sos del grupo de los descerebrados.- Y Salió corriendo,
Milagros corrió detrás de él gritando su nombre hasta que llegaron a unas escaleras donde ambos se sentaron. Marcos estaba muy enojado por que odiaba que lo trataran como a un niño pues él no se sentía como tal.
- ¿Viniste a reírte de mi?- Dijo cuando Milagros se sentó al lado de él.
- Claro que no, vengo a invitarte a que subamos al tobogán de agua- dijo Milagros sonriéndole y señalándole el tobogán que era enorme.
Marcos la miraba sin saber que decirle, tampoco sabía que hacer
- ¡Son vacaciones de verano, hay que divertirse!- Continuó y tomándolo de la mano lo llevó al tobogán.
Todos menos Francisco subieron. Primero se tiraron Lucas y Marcos y luego las chicas, pero en el trayecto por el tobogán Milagros comenzó a sentir un calambre en la pierna que no la dejaba moverse y se hundió en el agua sin poder salir a flote. Gracias a Dios, unos brazos la sacaron del agua y allí estaba devuelta salvándola, Francisco.
- ¿Estás bien?- preguntó preocupado y ella supo decirle que si.
Una vez que salió del agua, Francisco empezó a masajearle la pierna acalambrada para que recuperara la movilidad.
- Francisco… Gracias- Dijo Milagros avergonzada.
- No hay problema. Vos salvaste a Marcos ¿No?- Dijo seriamente, mientras seguía moviendo la pierna de Milagros.
- Si- le contestó.
Milagros se quedó sorprendida, por primera vez pudo ver a Francisco de esa manera, pensó que en el fondo era alguien amable y agradecido.
Lucas por su parte rabiaba al ver a Francisco y a su amada Milagros juntos, los iba a ir a separar, pero Marcos lo detuvo, Milagros se merecía ese momento. A Lucas le rompía el corazón verlos así, pero también veía a Milagros contenta y eso le bastaba.
Esa noche cuando volvieron a casa, Marcos fue directo a su cuaderno a escribir lo que había sucedido hoy con Milagros aunque la historia la contó un poco diferente, escribió: “Hoy fui a la piscina. Milagros casi se ahoga con una maya horrible, por lo tanto yo la salve”.
Al otro día Norma sorprendió a Milagros y a Francisco con una noticia, la mamá de Norma estaba enferma y tenía que ir a verla (para los que no se dieron cuenta, Norma planeo esto desde que encontró en el buzón la carta para los Franco y Alberto. En realidad su mamá no estaba enferma). Les dijo que les dejaban la casa para ellos dos solos y que se llevaba a Marcos, aunque a la fuerza de este pues no se quería ir.
Milagros entró en pánico, no quería estar sola con Francisco pues aunque lo amara la ponía un poco nerviosa en realidad.
- ¿Podrías encargarte del almuerzo por favor?- Dijo amablemente Francisco.
Milagros no podía desilusionarlo, aunque jamás en su vida había cocinado nada. Buscó el libro de cocina que Norma guardaba y buscó alguna receta no muy difícil, pero que pudiera sorprender a Francisco. Al principio comenzó bien, siguió los pasos al pie de la letra, pero cuando llegó la parte del fuego, algo, no sabía bien qué, se quemó e hizo un desastre en la cocina.
No quedó más remedio que viniera Francisco y cocinara él. Puso la misma receta y en media hora el almuerzo estaba servido.
- Francisco, no sabía que sabías cocinar- dijo Milagros sorprendida.
- En realidad, acabo de aprender- dijo indiferente.
Milagros quería sacar algún tema de conversación para romper el hielo, pues sino de nada servía esa oportunidad que estaba entre sus manos.
- ¿Ya empezaste la tarea de vacaciones?
- La terminé en un día y si seguís con la idea de hacerlo en dos días con esa cabezota hueca que tenés, no vas a poder.
- ¿Realmente es tan difícil?- Dijo con miedo.
- Buena suerte- dijo con sarcasmo.
- ¿No me querrías ayudar un poco?- Le dijo con mucho miedo.
- Ni lo sueñes- le contestó.
Esa misma tarde Milagros se puso a comenzar sus deberes, ya no le importaba estar sola con Francisco por que le parecía más problemático resolver los problemas de matemáticas. Siguió intentando hasta que se hizo de noche y aún no había podido resolver nada. Pensaba en que Francisco ya estaba dormido seguramente y algo bajo y desesperante se le ocurrió.
Primero se puso su camisón y se descalzó. Luego fue a hurtadillas al cuarto de Francisco y Marcos y entró con una pequeña linterna. Lo primero que hizo fue golpearse el dedo meñique del pie con el escritorio emitiendo un gritito muy leve, pero que despertó a Francisco quien se hizo el dormido para saber que buscaba. Milagros se encontró con el cuaderno de Marcos y lo empezó a leer, se dio cuenta de que ella era su investigación y todas las cosas horribles que había puesto sobre ella, entonces con un lápiz que estaba a mano escribió en la siguiente hoja muy enojada: “Puede que haya escrito muchas cosas, pero en realidad ella es como una hermana adorable y de buen corazón”, esperaría a ver lo que Marcos le diría cuando llegue. Una vez que terminó con eso fue a lo que realmente había ido. Comenzó a buscar en la biblioteca de Francisco los trabajos prácticos de tarea hasta que los encontró. Los tomó, pero cuando estaba yéndose algo la tomó del brazo.
- ¿Qué estás haciendo?- Le dijo Francisco.
Milagros entró en pánico, dejó caer el libro de Francisco y también la linterna.
- No hago nada, no estoy robando nada- dijo nerviosa.
- Ya lo sé- dijo Francisco.
De repente se paró, la tomó del brazo y la tiró a la cama.
- No te preocupes, no lo voy a hacer vergonzoso para vos- le dijo seriamente- Nunca se sabe cuando un genio se puede convertir en un monstruo.
Francisco se tiró en sima de ella y Milagros comenzó a gritar:
- ¡No! ¡Me gustas, pero aún es muy temprano! Deberíamos tener una sana relación primero…
Las risas de Francisco no la dejaron continuar. Se sentó en la cama y se empezó a doblar de risa.
- No importa la parte sana, no intentaba salir con vos en lo absoluto- Dijo Francisco burlándose de ella.
Milagros se ofendió muchísimo y se estaba yendo de la habitación cuando Francisco le dijo:
- Te estás olvidando de esto- refiriéndose al libro con los trabajos prácticos.
Milagros ni se dio vuelta, se fue sin mirarlo a su habitación.
- Eso es malo, pensaba prestarte el cuaderno como disculpa por haberte asustado- Le gritó.
Dos segundos después Milagros con una gran sonrisa volvió a la habitación de Francisco.
- Ya que insistís te lo voy a aceptar, además necesito tu ayuda para copiar.
El último día juntos y solos la pasaron copiando los apuntes de Francisco. Milagros copiaba mientras Francisco le explicaba lo que no entendía, que era bastante.
- Creo que estoy entendiendo- Dijo en un momento Milagros, lo que sorprendió a Francisco quien notaba la mejoría de Milagros, pero al siguiente momento le dijo- Francisco ¿Qué significa esto?
- ¿Hace un momento no dijiste que entendías?- Dijo confundido.
- En realidad, un poco entendí cuando me lo explicaste vos.
Francisco no podía creer lo que pasaba, Milagros se confundía y él realmente se enojaba. No podía explicarse a si mismo ¿Por qué se alteraba tanto para que ella entendiera?
¿Será que Francisco está cambiando de parecer sobre ella?¿Lucas logrará conquistar a Milagros? ¿Milagros aprenderá algún día matemáticas? Sabremos más en el próximo capítulo que se titula: Un momento crucial, la clase C grana la batalla

domingo, 24 de enero de 2010

BESO TRAVIESO/// Capítulo 3: Testigo de toque romántico

Milagros estaba muy deprimida, no podía entender sus sentimientos. Estaba sola en su habitación con la luz apagada, llorando con la carta de amor que nunca le habían aceptado. “La primera carta de amor que escribí ni siquiera fue leída” Pensó “¿Cómo puedo seguir enamorada de ese molesto descorazonado? ¿Seré una masoquista?” Las lágrimas caían de su rostro mientras su brazo tapaba sus ojos para no ver la poca luz de luna que entraba por la ventana “Él está tan cerca y aún así… es tan deprimente”.
Siguió pensando en lo triste de su situación hasta que se quedó dormida y su carta de amor rechazada haciéndole compañía. Al rato de quedarse profundamente dormida Francisco entró a su habitación sin que ella se percatara de eso.
- Hey, el baño ya esta libre si te querés bañar- le dijo, pero ella no lo escuchó. Francisco se encontró con Milagros dormida tranquilamente, como nunca la había visto. Se quedó observándola, viendo como dormía con las últimas lágrimas derramándose de sus ojos y la carta que no quiso leer a su lado.
Francisco no lo pesó y la tomó, pues en realidad había sido escrita para él. Encendió la luz del escritorio y leyó la primera carta de amor de Milagros que decía:
<<>>
Francisco leía la carta y por momento la veía a Milagros, estaba prestando realmente atención a sus palabras y sintió, aunque fue mínimo, un poco de remordimiento por la forma en la que la trató.
Al otro día un evento importante se produciría en el la secundaria, “El día del deporte”. A Milagros le gustaba ese día, no era una deportista profesional, pero era buena. Por lo general esperaba ese día con ansias, pero esa semana no había sido buena para ella y no se sentía con muchos ánimos. Recogió todas las cosas necesarias y bajó a desayunar.
Norma estaba muy emocionada por el festival de deportes.
- Mili, ¿En qué eventos participas?- Dijo Norma contenta como siempre.
- En la carrera de relevos mixta y en la carrera de prestados.- Dijo con ánimos, pero no los mismos de siempre.
- ¿Y vos Fran?
- En los cien metros y en la carrera de relevos mixta- Dijo sin importancia, para él el día del deporte no era nada más que un día perdido.
- ¡Qué emoción! Están en la misma carrera los dos. ¡Voy a capturar cada minuto en video y en fotos!, pueden confiar en mi para recopilar grandes momentos de los dos juntos- Dijo codeando a Milagros.
- Dame un respiro- Dijo Francisco, se levantó y se fue.
Milagros no iría con él, sentía que la odiaba y no quería seguir sufriendo.
El momento del evento llegó. Los tres equipos compuestos por el equipo del A, del B y del C estaban en sus gradas y los familiares podían estar presentes en donde quisieran, lejos de las gradas.
Los chicos del C tenían un espíritu deportivo enorme, cantaban, practicaban y levantaban carteles enormes hechos por ellos, el principal alborotador era Lucas.
- Lucas se ve bastante animado ¿No?- Dijo Jimena.
- Si, el grupo C pone mucho empeño, los del A están estudiando nada más.- Dijo Mariela.
- Pero allá hay un cartel que sobresale de todos- Dijo Jimena.
Milagros miró fijamente y…
- ¿Norma?- Dijo Milagros. La familia de Francisco y su papá habían hecho una cartelera enorme dándoles aliento.
- Vamos Mili, tenés que alentar a Fran en la carrera- Le gritaba Norma desde un picnic que habían hecho.
El primer evento era la carrera de 100 metros en donde competían Lucas por el grupo C y Francisco por el grupo A.
- No voy a perder contra alguien como vos- Le dijo Lucas a Francisco- Te voy a demostrar mi velocidad.
Los chicos se pusieron en posición y las hinchadas comenzaron a Gritar. Milagros hinchaba por el grupo C aunque su corazón gritaba “Francisco, esforzate”. La carrera comenzó y Lucas tomó ventaja rápidamente seguido por Francisco. Ante los ojos de Milagros Lucas ganó la carrera.
- Lucas ganó, su velocidad es sorprendente- dijo Jimena.
- SI, pero Francisco salió segundo- siguió rápidamente Milagros.
- ¿Lo estás defendiendo?- agregó Mariela.
- No es eso- Dijo Milagros ruboriza- Lo que pasa es que ver a Francisco perder es algo increíble.
Luego de la carrera de 100 metros, Francisco decidió ir al baño a refrescarse. No le importaba haber perdido esa estúpida carrera, sólo quería que ese día terminara.
- Fran, por fin te encuentro- Lo sorprendió su madre que lo empezó a empujar hasta donde estaba el picnic de la familia- Vamos, que ahora le toca correr a Milagros y tenés que ir a alentarla.
A la fuerza, por su madre, Francisco la fue hasta el picnic. Norma había hecho mucha comida y ese fue la recompensa perfecta para él.
La carrera de cosas prestadas consistía en una carrera en la cual tenías un objeto o persona la cual debías tomar prestada y llevar hasta la meta, el primero que llega con la cosa o persona prestada gana.
Milagros tenía miedo de que le tocara algo muy difícil de encontrar. Se ponía muy nerviosa en esos eventos y más si sabia que Francisco la estaba “alentando” con su nueva familia postiza.
La carrera comenzó y Milagros corrió hasta el objetivo. Fue la primera en llegar, pero no le tocó el mejor de los objetos: “la persona que amás”. Ella miró rápidamente hacia el picnic, debía pedirle a Francisco que corriera con ella y algo le decía que eso iba a ser muy difícil. Corrió hacia el picnic donde Francisco estaba tomando una gaseosa y se paró delante de toda la familia.
- F… Fran- Dijo titubeando. Francisco la miró fijamente y Milagros se asustó, ella veía odio en sus ojos y no quería enojarlo más, así que cambió de estrategia- Fran… Franco ¿Me acompañaría a la carrera de prestados?
Franco estaba encantado y se paró lo más rápido que pudo, Norma lo alentaba desde atrás.
Una de las chicas llevaba una silla, otra una caja y la más lenta por el peso y la lentitud de Franco, era Milagros que, aunque hizo muchísimo esfuerzo, salió en último lugar.
- Perdoname Milagros, te hice perder- Decía arrepentido Franco cuando Milagros llegó al picnic.
- Esta bien, no se preocupe, sólo es un juego- contestó Milagros tratando de calmarlo mientras comía las delicias de Norma.
- ¿Y cuál era tu objeto?- Preguntó Norma con curiosidad. Milagros no quería decir ni “A”, le daba vergüenza la situación que tuvo que pasar.
- Podés creerlo, era la persona que amás.- Dijo Franco sorprendido por la elección de Milagros.
- ¿Así que la persona que amás eh?- Dijo Francisco irónicamente mirándola de reojo.
Milagros quería que la tierra se la tragara. “Todo esto paso por que me miraste con cara de odio” pensó mirándolo entre avergonzada y resentida.
Luego del almuerzo y de un rato de distensión, sería la carrera de posta, el último gran evento. Por eso tanto Francisco como Milagros se ocuparon de comer bien y de descansar lo suficiente. Milagros charlaba con Norma y Francisco leía un libro.
- Los participantes de la carrera de posta por favor a sus posiciones- Dijeron por el altoparlante.
Francisco y Milagros partieron hacia allí, mientras Norma les gritaba “suerte, suerte”. Francisco caminaba mucho más rápido que Milagros por que no quería que lo vieran con ella, cuando estaban por llegar Milagros tuvo que hablarle.
- Sos Ancla ¿no?- Dijo aún atrás de él.- Lucas también es ancla. La verdad que me sentí aliviada cuando te gano por que pensé “wow, hasta Francisco puede perder”, es como si por un momento fueras como los demás.
Francisco se frenó y aún sin mirarla le dijo:
- No me bajes a tu nivel, no hay forma que use mi máxima velocidad para cosas como esta.
- ¿O sea que fuiste suave con los otros corredores?- Dijo Milagros sorprendida y luego furiosa continuo- Estoy harta de tu egocentrismo, esa es sólo una excusa de un pobre perdedor.
- ¿a quién llamás “pobre perdedor”?- Dijo mirándola furioso.
- Así es- Continuó- Demostrá que me equivoco mostrando tu máxima fuerza en la carrera final.
- ¿Esta bien que digas eso?, voy a hacer que el equipo C pierda su perfecta victoria- Dijo Francisco y se fue.
Ahora sí, ahora si había hecho que Milagros se pusiera furiosa, le demostraría que el equipo C le ganaría aunque él mostrara su máxima velocidad.
Todos estaban en sus posiciones, La primera en correr era Mariela. Milagros le hizo mil recomendaciones, no quería perder por nada del mundo, sabía que si tomaban la suficiente ventaja, Francisco no tendría oportunidad de mostrar sus habilidades. La carrera comenzó y Mariela tomó una ventaja enorme y el equipo de A iba tercero. Mariela le entregó la posta al segundo corredor que tomó todavía más ventaja y ahí fue el turno de Milagros. Milagros se esforzó muchísimo, ella debía entregarle la posta a Lucas para que él fuera a la meta. Iba a toda velocidad hasta que sus ojos se apartaron de Lucas y se fijaron en Francisco, tan lindo estaba deportivo esperando a la corredora que le entregara la posta, deseaba tanto ser ella esa corredora, sus ojos brillaban con el sol y a ella le costaba muy poco perderse en sus ojos.
- ¡Milagros cuidado!- Le gritó Lucas viéndola a dos metros de él mirando a Francisco.
Milagros despertó y se dio cuenta de que iba sin control contra Lucas y así fue como se cayó en sima de él.
- Perdón Lucas, estaba distraída.- Dijo Milagros mientras el equipo B los pasaba de largo.
Lucas tomó la posta rápidamente, le dijo a Milagros que no había problema y mientras ella fue con el público a alentar a Lucas, confiaba en él y en su velocidad.
Rápidamente Lucas tomó la primera posición, lo que sorprendió más al público fue que en un instante Francisco se asomó al participante del grupo B, lo pasó y alcanzó a Lucas. Era un mano a mano increíble. Milagros gritaba como loca por Lucas cuando un desubicado de atrás la empujó y cayó a pocos metros después de la meta. En ese instante Francisco cruzó la meta y cayó sin poder frenarse sobre Milagros dejándola inconsciente.
- Milagros, Milagros- Le decía Francisco, hasta que ella se dio vuelta toda dolorida- Cielos, ¿tengo que seguir cuidando de vos?- Dijo mientras la cargaba y la subía a sus espaldas.
- Hey Francisco, sos tarado ¿Cómo te vas a caer así sobre mi Mili?- preguntó Lucas enojado.
- Movete- contestó Francisco
- ¿A dónde la llevas?
- A la enfermería, obviamente.- Dijo mientras lo dejaba atrás.
- Eso lo voy a hacer yo- Dijo enojado y continuó- si tan solo no me hubieras pasado en la carrera yo…
Francisco se dio vuelta y le contestó- Esa es sólo la excusa de un pobre perdedor- y se marchó con Milagros a sus espaldas.
La gente estaba como loca, gritaban de todo. Nadie creía que Francisco Ramos llevara en sus espaldad a Milagros Pasos.
- ¿Esto está bien?- Dijo Milagros preocupada por Francisco.
- Ya me estoy acostumbrando a esto- Contestó él seriamente.
Norma filmó todo y al llegar a su casa vieron el video una y otra y otra vez.
- ¿Cuántas veces más van a ver este video hasta que estén satisfechos?- Preguntó Francisco fastidiado.
- Es que se ven tan bien y tan adecuados el uno para el otro, deberían casarse.- Contestó Norma muy cerca de la tele- Fran, las chicas como Milagros son tu tipo ¿No?
- ¿En serio?- preguntó Milagros.
- ¡Claro que no!- le contestó Francisco.
- Vos tampoco sos mi tipo- Dijo resentida.
- ¿Ah no? Yo estaba tan seguro de que si- le contestó sarcásticamente- como me mandaste un mensaje tan apasionado.
- ¿De qué estás hablando?
- Hola Francisco, mi nombre es Milagros Pasos y soy de 5° “C”.- Empezó a recitar de memoria Francisco
- ¿Qué? ¿Eso es…?- Dijo Milagros viendo como recitaba a su carta al pie, de la letra. ¡Cómo podía ser tan insensible!
- Desde hace cinco años estoy cautivada por tu inteligencia y genialidad. No tengo manera de ser como vos, por eso pongo todos los profundos sentimientos de mi corazón en esta carta- prosiguió sin tomar en cuenta la interrupción.
- Fran ¿Eso significa que…?- Dijo Norma muerta de alegría
- Te amo. Milagros Pa…
Milagros no aguantó más y de lo profundo de su corazón sacó fuerza y le pegó un cachetazo a Francisco. El primer cachetazo de su vida, jamás había experimentado el dolor caliente de la mano de alguien en su mejilla y mucho menos uno con el dolor y la pena del corazón de una enamorada.
- ¡La leíste sin mi permiso! ¿Cómo pudiste?- Dijo Milagros con lágrimas en las mejillas y fuego en sus ojos y en su corazón.
- Si me la escribiste a mi ¿O no?- Dijo Francisco furioso.
- No tenías que memorizarla.
- Que culpa tengo de memorizar lo que leo una vez.
Norma interrumpió la discusión para agregar:
- Francisco ¿esa es una carta de amor que Mili te escribió a vos?
Milagros asintió con la cabeza. Todos se alborotaron, Norma estaba feliz, Franco sorprendido, Alberto como loco y Marcos se la veía venir.
- Entonces lo que dije no es sólo un pensamiento de deseo- Dijo súper feliz Norma de que quizás Milagros pudiera ser su nuera.
- Un momento señora- Dijo Alguien desde la ventana. Era Lucas.- Yo no voy a permitir que su hijo se quede con ella.
- ¿Y vos quién sos?- Le dijo Norma un poco enojada con ese metido.
- Soy Lucas Montero, compañero de clases de Milagros y total devoto a ella. Mi pasión por ella es la más grande en el mundo. Vine a ver como estaba
- Mili, parece que sos popular, que problema- La codeo Norma.
- No es así, en realidad- contestó avergonzada Milagros.
- Comparado conmigo, el señor genio- dijo Lucas refiriéndose a Francisco- no sólo la rechazó sino que además la odia. El casamiento no podría ser jamás y eso lo puede decir él.
- Eso…- dijo Francisco- no se sabe.
Todos los miraron sorprendidos, en especial Lucas y Milagros.
- Los sentimientos de la gente cambian, tu puedes odia a alguien, pero el día de mañana podrías amar a esa persona.- Dijo Francisco sorprendiendo a todos y se fue a su habitación.
Milagros estaba atónita, Francisco le acababa de decir algo que había renovado sus esperanzas “¿Podrías llegar a amarme?” pensó, quizás sus sueño no fuera tan loco después de todo.
Al otro día, mientras Milagros caminaba por el pasillo escuchaba los comentarios de la gente, tenía miedo de haber hecho algo malo y su idea tomó más firmeza cuando Francisco la llamó con cara enojada.
- ¿Qué pasa?- dijo con miedo.
- Eso- Dijo Francisco señalando otro dibujo de ellos dos. Este decía “Ayer tomaron sus votos matrimoniales. Francisco Ramos y Milagros Pasos”.
- Yo no sé quien se ocupa de hacer estos dibujos- dijo Milagros curiosa.
- Yo tampoco, quien podría ocuparse de dibujar semejante tontería
- Pero… eso no es una tontería- dijo Milagros con un tono de suspicacia en su voz.
- ¿Qué?- dijo Francisco un poco nervioso.
- Ayer dijiste que podría haber una posibilidad de que llegaras a amarme.
- ¡Pero eso lo dije por las circunstancias del momento!- Francisco se estaba enojando.
Los chicos que estaban junto a la cartelera comenzaron a reírse y a comentar cosas. Milagros simplemente se dio media vuelta y se fue. Por atrás la seguía Francisco gritando:
- ¡Desde que llegaste sos una molestia! No hacés más que causarme problemas- Milagros seguía caminando sin darle ni la hora- Hey, te estoy hablando, no es divertido.
Milagros reía y pensaba “Las cosas siguen igual que siempre, pero como dijo Francisco, no sabemos lo que nos espera mañana”.
¿Será posible que Francisco ame a Milagros algún día? ¿poco a poco sus sentimiento estarán cambiando? ¿O será otra falsa ilusión para Milagros? Veamos como sigue esta historia en el próximo capítulo que se titula: Emosionantes vacaciones de invierno.