jueves, 18 de febrero de 2010

BESO TRAVIESO/// Capítulo 9: Adiós día lluvioso

Alberto le comunicó la noticia sobre su mudanza a la familia Ramos y una semana después se mudaron a un pequeño departamento cerca del restaurante. Aquel domingo fue un día lluvioso y un momento muy triste para la mayoría de las personas. Cuando el camión de la mudanza cargó las pocas pertenencias de los Pasos, el momento de la despedida llegó.
- Franco, Norma, por favor vengan a visitarnos cuando quieran- Les dijo Alberto
- Gracias por todo lo que hicieron con nosotros- dijo Milagros- Mi período con ustedes no ha sido más que alegría.
Norma no aguantó más y se lanzó a abrazarla llorando. No quería que Milagros se fuera, era como la hija que nunca había tenido.
- ¡Mili!- dijo- ¡No puedo imaginar mi vida sin vos!
- Querida, se lo estás haciendo más difícil a Mili- Le dijo Franco consolándola.
A Marcos no le importaba y no entendía lo que le pasaba a su mamá.
- Franco- Le dijo Alberto abrazándolo- Estamos en deuda con vos.
- No digas eso- Dijo su amigo- vengan a visitarnos cuando quieran.
- Francisco- Le dijo Milagros sin saber que decirle.
- Cuidate ¿Si?- Le dijo Francisco serio.
Milagros le sonrió, aunque se sentía muy triste.
El conductor del camión de la mudanza les dijo que ya debían irse y Alberto le dijo a Milagros que ya era la hora.
- Chau- Le dijo Francisco y se fue adentro de su casa mientras la familia se quedó afuera.
Milagros lo vio entrar y los ojos se le llenaron de lágrimas, entonces entró al remís y partieron hacia su nuevo hogar.
Cuando los Ramos entraron a la casa, Francisco estaba en la habitación estudiando y Marcos hizo lo mismo.
- Por fin un poco de paz y silencio- Dijo Marcos tirado en el piso leyendo.
- ¿Qué hacés acá? Ahora tenés tu habitación- Le recordó Francisco.
- Supongo que por hábito- le dijo Marcos tomando otro libro- Ella realmente es una tarada ¿No?
- Si, ya sé- Le dijo Francisco, aunque parecía distraído y un poco triste.
En ese momento, en otro lugar de la ciudad, Milagros y su papá viajaban a su nuevo hogar. Milagros iba con la cabeza apoyada en la ventanilla, mirando las gotas de lluvia que cada vez era más fuerte.
- El nuevo departamento será lo suficientemente grande, por que somos nosotros dos- dijo Alberto para animarla- Bueno, si la comparás con la casa de Franco, es pequeña.
Milagros no le respondía, pensaba en lo que su querida familia Ramos estaría haciendo en ese momento, en especial su amado Francisco.
Francisco, aunque leía, no lograba concentrarse por completo, le faltaba algo quizás. Norma miraba la foto de Milagros de la graduación, las lágrimas habían cedido, pero la tristeza seguía allí. Franco se paró en el living, observaba a su mujer triste en el sillón y sentía que el lugar estaba muy vacío.
Al buscar un lápiz en el cajón del escritorio, Francisco encontró el estuche donde estaba el regalo de graduación que Milagros le había dado: la pulsera de germanio. Recordó ese día, cuando ella le dijo que era para su salud y él le dijo que no lo tratara de viejo; cuando ella trabajó duro para poder comprarla y él le arruinó la foto juntos. Miró la pulsera con detenimiento y luego se la puso aunque sea por un rato.
Al otro día, Milagros le contó a sus amigas todos los detalles de la mudanza. Las chicas le recomendaron que se olvidara de él ahora que tenía la oportunidad, ya que la única ventaja que tenía era que vivía con él, pero ahora que ya no lo hacía no tenía ninguna posibilidad.
Las chicas ese día se sentían observadas, especialmente Milagros. A cada rato escuchaba “¿Es ella?” y cosas por el estilo, pero no entendían qué era lo que pasaba. El enigma terminó cuando fueron a la cafetería y Milagros vio un cartel que le aclaró todo. “Milagros Pasos se ha mudado por que ha dejado de estar enamorada de Francisco Ramos. Hay una premonición de amor entre ella y Lucas Montero (el chico de la cafetería)” Decía el cartel y Lucas estaba promocionándolo y pidiendo que se extienda el rumor.
- ¡Lucas!- Dijo Milagros furiosa.
- Hola Mili- Dijo como si nada estuviera pasando,
- ¿Qué significa esto? ¿Qué va a pasar si Francisco lo ve?- Dijo Milagros más enojada.
- Él ya lo vio- Dijo Lucas señalando atrás de Milagros.
Atrás de ella estaba Francisco y Elina tomada del brazo de él.
- ¿Entonces el que dejó de estar enamorado no fue Fran?- Dijo Elina súper contenta de haberse quitado de en sima a Milagros.
- ¡Hey! ¡Dejá de pegarte tanto a él!- Le dijo más furiosa Milagros a Elina.
- Pero ahora estás saliendo con ese chico que atiende el buffet ¿o no?- Le dijo burlándose de ella.
Lucas sonreía y asentía.
- ¡Por supuesto que no!- Dijo Milagros, la estaban sacando de quicio.
- ¿De verdad? Por que ustedes hacen re linda pareja- Le dijo Elina.
- Vos también hacés linda pareja con Francisco, por que los dos son malhumorados- Dijo Lucas.
- Mira Fran, dijo que hacemos linda pareja- Le dijo Elina a Francisco, pero este se soltó de su brazo y le pidió a la señora del buffet el almuerzo sin decir ni una palabra del tema.
- Francisco ¿No te sentís triste?- Le dijo Milagros sonriendo.
- No, sólo se siente que la vida volvió finalmente a la normalidad- Dijo Francisco esperando su almuerzo.
- Es verdad- Dijo Elina feliz.
- Vos lo dijiste- Dijo Lucas también feliz.
- Ya veo. Es cierto- Dijo Milagros fingiendo una sonrisa, no sabía qué era lo que esperaba de él.
Los días se convirtieron en semanas y las semanas en meses. Los exámenes y las materias no le permitieron a Milagros ir a visitar a los Ramos y, por alguna razón, no lograba encontrar a Francisco en la facultad, no se cruzaban. Francisco se concentraba en lo suyo, pero por momento la recordaba. Milagros paseaba por los pasillos y miraba a todos tratando de encontrar la seria mirada de Francisco entre las personas, pero lo único que encontraba era su propia tristeza al no poder verlo. La biblioteca, el buffet los recorría a veces tratando de encontrarlo y él, aunque no quisiera darse cuenta, por momentos se sentaba en el buffet a ver si la veía, pero no lograban encontrarse.
Un sábado sin darse cuenta, Milagros pasó por la casa de los Ramos. Sintió mucha nostalgia, pero no se decidió a entrar. De repente, escuchó un ruido fuerte, como si algo se estrellara contra el suelo. Asustada, entró a la casa con la llave que aún conservaba y debía devolver y al entrar al living encontró a Marcos tirado en el suelo doblado por el dolor de estómago.
-¡Marcos! ¿Qué te pasa?- Le dijo Milagros asustada.
- Me duele mucho el estómago- Le dijo Marcos agarrándose el estómago.
El ruido había sido de un vaso que Marcos había tirado al piso.
- ¿Y tu mamá?- Le dijo Milagros desesperada.
- Está comprado
Milagros no sabía que hacer y llamó a Francisco al celular. Él en ese momento estaba en la facultas saliendo de una clase y vio que tenía una llamada de su casa.
- Hola
- ¡Francisco!- Dijo Milagros sorprendiéndolo.
- Milagros ¿Qué hacés en mi casa?- Dijo sorprendido mirando el celular.
- Francisco ¿Podés oírme?- Dijo Milagros desesperada sin escucharlo.
- Si, si ¿Qué pasa?
- Francisco hay un problema con Marcos- Le dijo muy asustada.
- ¿Marcos? ¿Qué pasó?- Dijo empezando a preocuparse.
- Dice que le duele el estómago y de repente vomitó hace un rato ¿Qué debería hacer?
Milagros lo había acostado en el sillón y había puesto una palangana en el piso para que vomitara. Le acariciaba la espalda para que se sintiera mejor.
- Decime los síntomas- Le dijo Francisco preocupado.
- ¿Qué tengo que hacer? ¿Qué tengo que hacer?- Decía Milagros muy asustada.
- ¡Calmate y decime los síntomas adecuadamente!- Le gritó para que reaccionara.
- Bien, dice que le duele el estómago, vomitó dos veces desde que llegué aquí.
- Podría ser apendicitis- Dijo Francisco caminando hacia la salida de la facultad.- Anotá lo que te voy a decir.
Milagros siguió a la perfección las indicaciones de Francisco. Primero acostó a Marcos de costado para que no se ahogara con su vómito; después, llamó a la ambulancia para que lo llevaran al Sanatorio Mitre donde estaba el médico de familia. Francisco se encontraría con ellos allí.
La ambulancia llegó y Milagros se fue con Marcos. Estaba muy asustada, pero sacó valor de donde pudo. “Cuento con vos Milagros” le había dicho Francisco y no debía defraudarlo. Marcos se desmayó un momento por el dolor y cuando despertó estaba en la ambulancia junto a Milagros.
- Todo está bien Marquitos, pronto vamos a llegar al sanatorio- Le dijo Milagros sonriendo al verlo despertar- Francisco dijo que va a estar allí también.
- ¿En serio?- dijo Marcos.
- Si, así que todo va a estar bien- Le respondió Milagros y luego lo abrazó fuerte, lo que hizo sonrojar a Marcos.
A Marcos lo operaron de urgencia, Norma y Francisco llegaron cuando él estaba en el quirófano y luego de la operación fueron a hablar con el médico de la familia.
- Como lo sospeche, es una invaginación intestinal- Dijo el médico.
- ¿Cómo fue la cirugía?- Dijo Norma preocupada.
- No se preocupe. Fue un éxito. Una sección de los intestinos se enredó con la sección baja de los intestinos. Regresará a su posición original cuando se recupere. La herida se cicatrizará en una semana.
Mientras ellos hablaban con el doctor, Milagros se quedó en la habitación con Marcos. Estaba dormido y ella lo miraba preocupada. Luego de un rato Francisco entró a la habitación. Milagros se paró.
- Francisco ¿Dónde está tu mamá?
- Ella está haciendo todo el papelerío para la internación de Marcos- Le dijo acercándose a Marcos- Parece que la cirugía fue un éxito.
- Gracias a Dios- Dijo Milagros sonriendo tanto con los labios como con los ojos.
Francisco se sentó donde estaba Milagros y tomó en sus manos el brazo de Marcos. Los observaba en silencio.
- Invaginación intestinal, un bloqueo en los intestinos, aparentemente- dijo Francisco- No pude darme cuenta- Se lamentó.
- No hay nada que pudieras hacer- Le dijo Milagros a modo de consuelo.
- Honestamente, nunca pensé que la ignorancia fuera tan aterradora.- Dijo Francisco sin quitar la vista de Marcos
Milagros lo miró sorprendida por sus palabras.
- El doctor reconoció tu rápida reacción- Le dijo Francisco a Milagros.
- Bueno, yo no…- Dijo Milagros sorprendida y nerviosa- Pero, no hubiese podido hacer nada si no te lo hubiera preguntado, sólo estaba en pánico. Voy a llamar a mi papá, seguro que está preocupado.
Milagros empezó a caminar hacia la puerta y antes de llegar a ella, se quedó quieta. Francisco se paró al verla quedarse quieta.
- Me olvidé el teléfono y el bolso- Dijo sin darse vuelta y Francisco notó como se enjugaba las lágrimas- cielos, soy tan distraída.
Milagros comenzó a llorar y Francisco se acercó a ella por detrás. Tomó su cabeza y la acercó a la de él.
- Gracias, Mili.- Le dijo dulcemente.
- ¡Francisco!- Dijo llorando Milagros y luego se soltó de su mano para darse vuelta y abrazarlo- Estaba tan asustada.
Francisco la abrazo fuertemente.
- Ahora todo está bien- Le dijo para consolarla mientras le acariciaba el pelo.
Esa fue la primera vez que Francisco dijo palabras tan amables y la contuvo en sus brazos. Milagros lloró hasta que sus ojos y su corazón se derritieron y Francisco la abrazó en todo ese momento.
Desde ese día Milagros fue todos los días al hospital a ver a Marcos.
- ¡Buenas tardes!- Dijo iluminando la habitación con una gran sonrisa.
- Mili, viniste otra vez- Dijo Norma contenta de verla.
- ¿Otra vez? ¡No te perdés ni un día!- Le dijo Marcos fastidiado de verla.
- ¿Qué estas diciendo?- Lo retó Norma- Después de todo lo que hizo por vos.
- Probablemente viene solo para ver a Francisco- Dijo Marcos cruzado de brazos.
- Eso no es verdad- Dijo colorada Milagros- pero… eh… ¿Francisco no vino por acá todavía?
- ¡Ves! Tus verdaderas intenciones están mostrándose- Le dijo Marcos que se notaba mucho mejor por que tenía ánimos de pelear con Milagros.
- Debe llegar pronto- Dijo Norma- De verdad deberías convertirte en mi nuera.
- ¿Teniendo ese tipo de conversaciones otra vez?- Dijo Francisco al entrar a la habitación.
Milagros se puso colorada, recordó de repente lo acontecido el día de la operación de Marcos.
- Pero, vos también estás contento de poder ver a Mili otra vez ¿no?- Le dijo Norma a su hijo.
La mente de Milagros empezó a divagar. De repente se encontró frente al mar con Francisco, abrazados.
- Gracias Mili- Decía Francisco.
- ¡Francisco!- decía Milagros abrazada a él hasta que él la separo.
- Te amo- Le decía.
- ¡Ay, no puede ser!- Decía Milagros.
Francisco la despertó de su fantasía.
- ¿Cómo podés fantasear despierta de esa manera? ¡y en sima en voz alta!- Le dijo Francisco y luego se dirigió a su mamá- Y te dije que no hablaras sobre las cuestiones amorosas y los futuros de las otras personas.
- Nunca va a funcionar con Milagros- Dijo Marcos.
- ¡Marcos!- Lo retó Norma.
- Es imposible
- ¿Qué pasa con vos?- Le dijo Milagros.
- Mirá bien de cerca tu propia cara en el espejo- Le contestó.
Todos reían, discutían y se divertían. En ese momento, Alberto fue a visitar a Marcos y observó la escena, hacía un tiempo que no veía a su hija tan contenta. Reflexionó un momento y se fue si entrar a la habitación.
Mientras tanto la discusión seguía hasta que una risa hizo que todos se callaran por completo.
- Perdón Juani, estamos siendo muy ruidosos- Le dijo Marcos al niño con quien compartía la habitación.
Juani tenía la edad de Marcos y estaba en el hospital hacía mucho tiempo. Era un niño adorable, muy dulce.
- No, esta bien- Dijo Juani- Hace mucho que estoy internado, así que esto es realmente divertido para mi.
- ¿Internado hace mucho tiempo?- Le dijo Milagros sintiendo pena por el niño.
- Si, hace más de seis meses más o menos- Le contestó Juani- Así que parece que voy a tener que repetir el cuarto grado.
Milagros no podía tolerar eso, le dio mucha pena y su espíritu solidario salió a flote.
- ¡Ya sé! Yo voy a enseñarte Dani.- Dijo Milagros.
- Eh, mi nombre es…
- Juani, idiota- Completó la frase Marcos.
- Es imposible que vos le enseñes a alguien- Le dijo Francisco a Milagros.
- Todo va a estar bien, es la escuela primaria- Dijo Milagros relajada.
- Esto es una locura- Dijo Francisco anticipando lo que se venía.
- No te preocupes- Dijo Milagros a Juani- Yo voy a chocar contra viento y marea por vos.
- ¿Chocar contra viento y marea?- Dijo Juani confundido.
- Es luchar contra viento y marea- Dijo Francisco convencido de que ella haría un desastre.
Juani comenzó a reír y, luego de él, comenzaron a reírse todos. Se reían tan fuerte que la enfermera tuvo que ir a callarlos y recordarles que eso era un hospital.
Así fue como Francisco, con la minúscula ayuda de Milagros, le comenzó a dar clases a Juani en el hospital. Se divertían mucho, pero un día las clases tuvieron que suspenderse por que Juani tenía una fiebre muy alta.
- Juani tiene fiebre con mucha facilidad- Dijo la enfermera- Por eso debemos cuidarlo tanto.
- Lo siento- Le dijo Milagros a la enfermera y luego a Juani- Lo siento, Juani.
- No, estoy acostumbrado a esto- Dijo Juani con su voz suave y tierna- Pero cada día ha sido muy divertido desde que Marcos fue internado. Fran ha estado enseñándome y vos me haces reír mucho todos los días.
- Igual mi intención no era hacerte reír- Dijo sonriendo Milagros aunque decepcionada de si misma.
- Te voy a seguir ayudando con tus estudios después de que la fiebre disminuya- Le dijo Francisco sonriendo.
Esa noche, cuando se fueron del hospital, Francisco acompaño a Milagros a su casa por que estaba muy oscuro.
- Me pregunto qué tipo de enfermedad tiene Juani- Dijo Milagros en un momento.
- Escuché que eran sus riñones- Le contestó Francisco.
- ¿En serio? Aún es tan joven- Dijo triste Milagros- y Aún siendo tan pequeño todos los días tiene que ser examinado, tomar remedios amargos y cosas así. Es incapaz de hacer las cosas que le gustan- la voz de Milagros comenzaba a escucharse llorosa y Francisco lo notó.
- Tu llanto no va a ayudarlo ahora ¿verdad?- le dijo Francisco.
Milagros se secó las lágrimas, pensó por un momento y luego se puso delante de Francisco impidiéndole el paso.
- Pero, Vos seguramente podés hacer algo ¿No?- Le dijo contenta, sorprendiéndolo.
- ¿Yo? ¿Cómo?
- Seguro que vos sos capaz de convertirte en doctor ¿No?
Francisco la miró sorprendido.
- De ese modo, podrías ayudar a Juani y a muchos otros y todos estaría agradecidos- Dijo Milagros contenta, dulcemente y muy convencida de lo que decía. Luego comenzó a caminar y Francisco la seguía atrás pensando- ¿Qué te parece?
- ¿Yo, convertirme en doctor?- Dijo Francisco sonriendo, parecía que no le disgustaba la idea.
- ¡Si! ¿No te parece que suena genial?
- No lo sabría.
- Serías un gran doctor.
La conversación siguió hasta que llegaron a la casa de Milagros, donde Francisco tomó un taxi hasta su casa.
Mientras Marcos estuvo internado, la pasaron muy bien. Le explicaban a Juani, se metían en problemas (como una vez que hicieron guerra de tortas y la enfermera se enojó mucho) y más que nada rieron. Pero llegó la hora en la que Marcos debía dejar el hospital.
Marcos estaba muy triste por Juani, por que él se iba y Juani aún debía permanecer en el hospital. Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras se despedían.
- Felicidades por tu alta Marcos- Dijo Juani desde su cama contento- Fran, Mili, gracias por ayudarme con mis estudios.
- Si hay algo que no entiendas, no dudés en llamarme- Le dijo Francisco.
- Juani, mejorate pronto ¿Si?- Le dijo Milagros sonriendo.
Marcos lo miraba triste.
- No te preocupes Marquitos, yo también quiero recuperarme pronto e ir a tu casa a jugar- Le dijo Juani siempre sonriendo.
- Voy a venir a jugar con vos- Le dijo Marcos.
Los amigos se despidieron y la familia Ramos y Milagros bajaron a tomar un taxi. Marcos no dudó en mirar por la ventana hacia la ventana donde estaba Juani.
- Juani es muy fuerte, no lloró- Dijo Milagros sorprendida antes de que el taxi partiera.
- Si. Debe estar acostumbrado. Sus amigos siempre obtienen el alta antes que él y debe verlos irse- Le dijo Francisco.
Cuando el taxi arrancó, en la ventana de repente apareció Juani saludando. Con mucho esfuerzo se había levantado de la cama. Marcos le gritó y Juani lo saludó sonriendo, pero cuando el taxi partió, el fuerte corazón de Juani no pudo más y empezó a llorar, era muy duro para él.
- Nos vamos ver otra vez, Juani- Le gritó Marcos desde la ventana del taxi.
Cuando llegaron a la casa de los Ramos, una noticia sorprendió a todos e irritó bastante a Marcos: Un cartel enorme hecho por Norma decía “Felicidades por el alta Marcos. Bienvenida de regreso Mili”
- ¿Qué es esto?- Dijo Milagros sin entender nada.
- Supongo que estuve siendo desconsiderado- Dijo Alberto- Estaba teniendo otros pensamientos sobre nuestro hogar.
- Después de que te vio sonriendo en el hospital, se dio cuenta de que sos parte de nuestra familia- Dijo Norma súper contenta.
- ¡Por qué tanta mala suerte!- Dijo Marcos.
- ¡No digas eso!- Dijo Norma- Esta vez te salvo Milagros.
- ¿Y mi habitación?
- Volvés a compartir con Fran- Dijo Norma sonriendo.
Marcos ya no se sentía tan bien como antes.
- Deberías estar agradecido con Mili ¿No?- Continuó Norma.
- No te preocupes, fue algo natural hacer eso- Dijo Milagros sonriendo.
Marcos la miró sorprendido, pero luego dio vuelta la cara.
Después de comer, Milagros se ofreció a lavar los platos. Todos se fueron a dormir mientras ella lo hacía, pero alguien que la sorprendió entró a la cocina.
- ¡Marcos! ¿Todavía no estás durmiendo?
Marcos se mostraba tímido, estaba sonrojado y nervioso. Quería decir algo pero no sabía cómo.
- Esta vez fuiste de mucha ayuda- Se animó a decir- Gracias- y se fue.
Milagros quedó sorprendida y pensó que Marcos tenía una parte muy tierna.
Cuando Milagros se fue a dormir, la puerta de la habitación de Francisco (y ahora también de Marcos) se abrió de repente asustándola.
- ¡Francisco!- Dijo Milagros titubeando mientras él la miraba seria- eh… um…
- ¿Qué?- Le dijo Francisco.
- No, nada. Disculpame, pero volví otra vez.
- Por favor- Dijo Francisco serio, luego hizo una pausa y con una especie de sonrisa dijo- No causes muchos problemas.
Milagros sonrió, las cosas eran muy distintas a la primera vez que ella había ido a vivir allí y eso realmente la hacía sentir bien. Estaba sintiendo que ese era su hogar.
¿Francisco habrá extrañado a Milagros? ¿Pensará la idea loca de Milagros? ¿Juani se curará? ¿Marcos dejará de agredir algún día a Milagros? Lo sabremo en el próximo capítulo que se titula "Beso... Beso... Beso en un sueño"

lunes, 15 de febrero de 2010

BESO TRAVIESO/// Capítulo 8 segunda parte: aspiraciones para una cita

Milagros los vio entrar a la sala de la misma película que ella quería ver y que Francisco había rechazado.
- Es muy injusto- Dijo alguien detrás de ella.
Milagros se dio vuelta y allí estaba Julián muriéndose de rabia.
- Vos sos Julián de centro de estudiantes ¿No?- Le dijo Milagros- ¿Qué hacés acá?
- ¿Por qué Francisco es tan popular con las chicas? Estoy acá por que estoy siguiendo a Elina.
- ¿La estás siguiendo?- Dijo Milagros asustada.
- No siguiendo, estaba buscando el momento perfecto para invitarla cuando la crucé cerca de acá.
Milagros pensaba que quizás esa era la razón por la cual la había rechazado, para salir con Elina.
- No es momento de quedarnos acá. Tenemos que entrar- Le dijo Julián a Milagros alentándola.
- Pero hay mucha fila para sacar las entradas- Le dijo Milagros triste.
- No te lo creas- Dijo Julián mostrándole dos entradas.
Milagros sonrió y lo llevó del brazo corriendo a la sala donde pudieron encontrar dos asientos detrás de Elina y Francisco.
Al principio estaba todo bien, hasta que Elina quiso recostarse en el hombro de Francisco. Milagros lo notó rápidamente y tiró su propaganda del cine justo en el medio entre ellos para que Elina no lograra lo que quería.
- Ay, perdón- Dijo Milagros haciendo una voz fingida.
Al rato, Elina quiso apoyar su mano sobre la de Francisco que, justo antes de que lo hiciera, la sacó. Elina no se dio cuenta pero estaba tocando otra mano, la mano de Julián que la había apoyado cuando Francisco la sacó.
La película terminó y salieron todos de la sala.
- Esa película fue inesperadamente superficial- Dijo Elina
- ¿En serio?- Le dijo Francisco sorprendido.
- Si la hubieran hecho con más bases científicas, pienso que la historia hubiera sido más profunda- Dijo Elina- Al final, fue de que el amor supera todos los obstáculos.
Milagros los espiaba desde atrás, mientras Julián deliraba por haber sentido la mano suave de Elina sobre la suya.
- Pienso que fue muy interesante- Dijo Francisco- También me gustaría construir un androide como ese.
- Da miedo por que serías capaz de hacerlo- Le dijo Elina y comenzaron a caminar.
Milagros y Julián los siguieron hasta una cafetería a donde entraron a merendar. Ellos estaban en una mesa, mientras los espías estaban en otra, separados por una planta.
- ¿Estás conforme con lo que elegiste estudiar?- Le dijo Elina.
- Todavía no lo sé- Le dijo Francisco.
- Podrías ser lo que quisieras, ¿Acaso hay algo que no puedas hacer?- Le dijo halagándolo.
- Eso me pregunto- dijo Francisco mirando hacia abajo.
Parecía que pensaba en otra cosa. Miraba por la ventana y veía a las parejas que pasaban sin prestarle atención a lo que decía Elina.
- Fran, ¿Qué clase de chica sería tu tipo?- Le dijo Elina, lo que hizo que Milagros prestara mucha atención.
- Dejame pensar, debería ser una chica que fuera bonita, atractiva e inteligente- Dijo Francisco mientras bebía café. Milagros se deprimió al escucharlo y más cuando agregó- Ah, y también que sea buena cocinera.
- Yo prefiero mucho a los chicos inteligentes- Dijo Elina, lo que hizo que Julián prestara atención esta vez- No a alguien que parezca viejo ni que tenga barba
Julián también se deprimió pues aunque no parecía viejo, su preciada barba lo separaba de su amor.
- ¿No seríamos la pareja ideal?- Dijo Elina contenta.
- Quizás- Dijo Francisco deprimiendo del todo a Milagros- pero…
- ¿Pero?- Dijo Elina esperando su respuesta.
- Nada, no importa ¿Qué querés hacer ahora?
Elina y Francisco fueron a una librería, pues ella quería comprar un libro para la facultad. Milagros y Julián los seguían, pero Milagros decidió terminar con eso cuando vio que Francisco, para salvar a Elina de una moto, la tomó por el hombro y comenzaron a caminar muy juntos.
- Basta Julián, no puedo seguir con esto- dijo muy triste.
Milagros se sentía terriblemente mal ¿Qué estaba haciendo espiando la cita de otro? Al final veía que tan cercanos eran.
- Pero ¿Por qué?- Le dijo Julián
- No puedo soportarlo más- Dijo Milagros al borde del llanto- No hay nada que podamos hacer si se gustan mutuamente.
- ¿Entonces vas a dejar que estén juntos?- Dijo Julián enojado.
- Pero… pero no quiero sentirme más miserable de lo que me siento ¡Me voy!- Dijo Milagros y al darse vuelta chocó con una persona- Disculpe.
- Con eso no va a bastar- Dijo el señor. Milagros había hecho que el señor se tirara la gaseosa en sima.- Esta camisa me salió quinientos pesos. Te voy a cobrar cien para la tintorería.
- Pero no tengo tanta plata ahora en sima- Dijo Milagros nerviosa y asustada.- ¿Qué tal veinte pesos?
- ¡Te estás burlando de mi!- Dijo el señor muy enojado- son cien pesos y te va a ir mal si no los pagas.
- Creo que diez pesos serán suficientes- Dijo una voz que Milagros conoció al momento.- No quizás con cinco pesos es suficiente.
- Francisco- Dijo Milagros.
- ¿Qué estás diciendo?- Dijo el señor malhumorado- Esta camisa es de aivis… eivis sant…
- ¿Una marca que ni siquiera recordás?- Dijo Francisco poniéndose adelante de Milagros.- Seguro que la compraste con descuento en un súper mercado.
El señor estaba realmente furioso, Francisco lo había sacado de quicio.
- Julián, es tu turno- Le dijo Francisco.
- Vos fuiste el que hizo más grande el problema- Le dijo Julián.
- Mostrale a Elina de lo que estás hecho- Le dijo Francisco bajito.
El señor estaba realmente enojado y no le importaba contra quien pelear. Francisco empezó a empujar a Milagros y se la llevó.
- Decile a Julián que te acompañe a tu casa- Le dijo a Elina Francisco mientras se iba con Milagros.
Francisco y Milagros se fueron. Empezaron a caminar y Francisco tenía sed así que compró una gaseosa. Milagros estaba callada, no sabía que decirle.
- Francisco ¿Nos descubriste?- Le dijo tímida por fin.
- Con esa manera tonta con la que nos estaban siguiendo me di cuenta rápidamente- le dijo mientras tomaba la gaseosa.
- ¡Disculpame! Después de verlos juntos, yo solo… Pero si…- Milagros no sabía como decirle eso que sentía- Si te gusta Elina…
- ¿Vamos a algún lado?- Dijo Francisco interrumpiéndola mientras tiraba la botella a la basura. Milagros accedió instantáneamente.
Caminaron un rato y llegaron a los bosques de Palermo. Allí a Francisco se le ocurrió ir a andar en bote, él remaría.
Milagros estaba en el paraíso. No podía creer que Francisco estuviera remando para ella. Sentía que quizás estaba usando un poquito de la felicidad que estaba destinada para su vida, no paraba de sonreír.
- Somos la única pareja, después son todas familias- Dijo Milagros sorprendida.
- Bueno, eso es por que hay una historia muy conocida que dice que cualquier pareja que suba a estos botes será maldecida y se separará- Dijo Francisco mientras remaba. Milagros entró en pánico- ¿Qué? ¿No lo sabías?- Dijo Malicioso.
Milagros se paró en el bote y este empezó a tambalearse.
- Me quiero bajar, quiero irme ya- Comenzó a gritar.
- Tonta, no te pares, es una broma- Le dijo Francisco tratando de equilibrar el bote, pero fue demasiado tarde.
Milagros y Francisco cayeron al agua (que sabemos que no es muy limpia) y empezaron a hacer malabares para dar vuelta el bote y poder ir a la orilla. Cuando llegaron, Francisco se sacó la remera y la colgó en un árbol, luego se fue a comprar una remera barata para Milagros.
- Estaba en liquidación y no es de buena calidad, pero no está mojada- Le dijo Francisco cuando le dio la remera.
Milagros se cambió como pudo y se quedaron sentados en el pasto a la sombra de los árboles. Era un día muy tranquilo y hermoso, perfecto para estar allí.
- Realmente lo siento- Dijo Milagros luego de un rato- No hago más que causarte problemas.
- Desde que tengo memoria, no puedo recordar un momento difícil o pesado- Dijo Francisco mientras estaba acostado en el pasto- Pero después de que recibí tu carta de amor en la secundaria cada día es más difícil y molesto.
Milagros puso su cabeza apoyada en sus brazos, se sentía realmente mal. Francisco se sentó y continuó diciendo:
- Cuando lo pienso, quizás sos un problema que se me presentó. Este es el primer problema con el que tengo que lidiar. Primero pensé en huir, pero recientemente empecé a creer que sería interesante lidiar con el problema que tener una vida sin ninguna preocupación.
- Soy el problema ¿No? ¿Estás afrontándome?- Dijo Milagros tratando de entender lo que Francisco había dicho.
- Si, la vida viene con las dos cosas, lo bueno y lo malo, eso creo- Dijo Francisco.
Milagros comenzó a razonar. “Afrontarme, no significa pelear conmigo” pensó y como Francisco la vio tan concentrada le dijo:
- Está bien si no lo entendés.
Milagros despertó de sus pensamientos y quiso decirle lo que había entendido.
- En otras palabras- dijo- intentaste huir de mi, pero decidiste no hacerlo y ahora vos…- Milagros se sorprendió y emocionó de repente- ¿Estás proponiéndome algo?
- ¡No! ¿Cómo llegaste a esa conclusión?- Dijo Alarmado- Lo que estoy diciendo que quizás no es tan malo vivir en la misma casa.
- ¿No te desagrado?- Dijo Milagros dulcemente.
- Puedo ser un poco pesado con vos, pero no, no me desagradás.
Milagros sonrió y se tiró a abrazarlo, lo que sorprendió a Francisco.
- Te quiero Francisco- Le dijo feliz- desde el primer año de secundaria, sos el único al que he querido ¡realmente te quiero! Soy estúpida, no puedo cocinar, tampoco soy atractiva, pero voy a trabajar duro. Voy a trabajar duro en la cocina y en los estudios y… y…
- ¡No puedo esperar!- Dijo Francisco sorprendido y enternecido por Milagros- ¿Intentarás convertirte en una mujer talentosa para mi? En el tiempo que va, veamos que tal te va en los primero parciales. Hagámoslo para que tus notas sean proporcionales a la fuerza de tu amor- Le dijo sonriendo dulcemente.
Milagros tenía los ojos iluminados y una sonrisa como nunca la había tenido. Siguieron conversando, pero ella siguió pensando para sus adentros. “Aunque la manera en la que me habla es un poco grosera, su sonrisa ha cambiado” pensaba “Comparado con el día que le di la carta, comparado con la vez de nuestro primer beso, ahora me siento más cerca de Francisco”
Cuando el sol se estaba poniendo y sus ropas estaban medianamente secas, decidieron volver. Iban en silencio, Milagros trataba de recordar cada una de las palabras que Francisco le había dicho. De repente su celular sonó y era su papá que necesitaba que fuera al restaurante pues debían hablar de algo muy importante.
Milagros fue al restaurante y, luego de comer, recibió una noticia que la impactó bastante.
- Bueno, Mili, te dije que vinieras por que ya pasó un año desde que fuimos a vivir a la casa de los Ramos y estuve pensando que no podemos tomar ventaja de la amabilidad de Franco y de Norma para siempre. Así que ¿Qué pensás?
Milagros abrió los ojos sorprendida, esperaba que su papá no dijera lo que iba a decir.
- ¿No es hora de volver a vivir con tu papá los dos solos?
¿Será que Milagros se irá de la casa de los Ramos? ¿Los sentimientos de Francisco comenzarán a salir a la luz? ¿Julián habrá salido golpeado? Lo veremos en el próximo capítulo que se titula "Adiós día lluvioso"