martes, 16 de julio de 2013

UNA REFLEXIÓN QUE TRAE UNA LECCIÓN

Pajaritos al amanecer a veces me gusta escuchar. Un color rosa pálido por la ventana mirar. Un helado de dulce de leche me llama bastante la atención. El sonido de la música alegra mi corazón. Escuchar alguien reír puede producirme risa. Que estoy enojada o triste mi llanto avisa. No soporto la injusticia, me hace enfurecer. No me gusta hacer deportes pero me siento libre al correr. No me siento complicada, pero sé que lo soy. Si alguien que quiero me invita a algún lado, no importa a donde yo voy.
Alguien quizás este texto le llegue a irritar. No me importa lo que opinen a mi me gusta rimar. Soy liberal en muchas cosas y en otras soy muy cerrada. Si tengo la razón odio que digan que estoy herrada. Tengo carácter fuerte y a veces soy prepotente. Si realmente me enojo enfrento a cualquier oponente. No me busquen la lengua por que puedo llegar a herir. Si hay algo que odio de alguien es que me llegue a mentir. A veces me siento triste por saber que no soy perfecta. Si te considero importante lo que me digas me afecta. Para estudiar soy la primera, pero soy vaga para limpiar. Si me acuesto muy tarde no me puedo levantar. Tengo virtudes y defectos como cualquier persona normal. Pero el no poder aceptarme a mi misma me hace sentir muy mal.
En mis casi veintitrés años pase por muchos estados. Esta etapa de mi vida es la mejor que me ha tocado. Soy feliz completamente, nada me ha de faltar. Pero aún asi completamente no me logro aceptar. Tengo una familia buena, amigos geniales y un novio que me ama. Por todos ellos cada día me levanto feliz de mi cama. Mi trabajo me hace feliz y mi carrera me encanta. Pero si estoy en un mal día mi aspecto me espanta. ¿Por qué si soy feliz no me puedo aceptar? Será por que en otras etapas tuve un mal pasar.
Hubo una época en mi vida que no me dejaban vivir. Mis compañeros de escuela me hacían sufrir. Me decían cosas feas y me llegaron a pegar. Cuando llegaba a mi casa no paraba de llorar. Intentaba defenderme hablando con  la dirección. Si bien los retaban no era protección. Mi autoestima cayó al piso y me costó levantarme. Hoy en día ha mejorado, pero no logré recuperarme. La gente dice que soy linda, inteligente y buena. Me encantaría creerles, en verdad es una pena. Difícil recuperarme en un día de bajón. Solo las palabras de algunos me pueden sacar de un tirón.

En el futuro aspiro a ser una profesional exitosa. Vivir con mi novio y vestir a mi hija de rosa. A ella le pienso enseñar lo importante de querer al prójimo. Para que en el futuro no pueda haber un próximo. Hay que quererse a uno mismo y los pro y contras encontrar. Es algo que de a poco logro interiorizar. Gracias a mis personas queridas he podido mejorar . A los tarados del pasado he sabido perdonar. Sé que algunos de ellos la pasaron mal después. Todo lo que me hicieron les volvió al revés. Por eso es importante aceptar a los demás. Si el otro piensa o es distinto dejalo en paz. Algunos pensaran que esto es una tontería. Alguno pensarán que leer esto no cambiará la vida. Pero si alguien le llega y le hace reflexionar. Mi tarea estará cumplida, a alguien dejarán de molestar.  

martes, 22 de enero de 2013

EL MUNDO ME DESILUSIONA


Estos últimos días soy un alma en pena. Me encuentro un poco enojada con el mundo, con las personas, con su forma de pensar. Me doy cuenta que somos pocos los que tratamos de llegar a lo que se llama realmente amor. La mayoría de las personas sólo buscan una especie de relación que llene sus vidas y nada más. No busca al amor de su vida, no busca que perdure todo, no le importa si es esa persona o es otra. Siento que ya no se valora a la persona que uno tiene al lado. Siento que a gente ya no se ve a futuro, no hace planes a largo plazo, pocos son los que se casan. Siento que el mundo se va al tacho de basura. Cuando planteo esta situación de la infidelidad son más los comentarios como “y son cosas que pasan” o “es muy normal, mientas el otro no sepa” que los que esperaría como “no, eso está muy mal” y por pensar de esta última forma a veces hasta me tratan de ingenua o tonta.
La infidelidad existió siempre, así también lo dice el dicho << de los cuernos y de la muerte nadie se salva>> pero ¿Por qué? ¿Por qué otra persona si la que uno realmente ama está para vos siempre que la necesitas? Tanta necesidad sedienta de carne tiene el ser humano que no piensa en las consecuencias. Es ahí donde digo que se perdió el valor de la persona, el valor de un beso, de una caricia, el valor de decir me siento mal y que la otra persona esté ahí con vos. Siento que somos seres caprichosos, que solo valoramos lo que tenemos cuando lo perdemos y nos pensamos inteligentes por el hecho de decir “ay si no se entera no hay problema”. ¡¡Ya no existe ni la culpa!! Ese sentimiento en el medio del pecho que nos dice que no hicimos las cosas bien. ¿Cómo se hace para no sentir culpa cuando traicionas la confianza de la persona que amás? Y ahí también se me presenta otro interrogante: ¿La raza humana sigue amando? No sé cuál es la respuesta, eso es lo más triste de todo. A veces ya ni sé si yo soy el bicho raro que pretende ser feliz para siempre y despertar todas las mañanas con la misma persona y besarla y decir “no me arrepiento de haberlo elegido”.
Ya ni se la verdad… hoy el mundo me decepcionó bastante… espero no perder lo que me queda de esta ilusión loca de que “el amor lo puede todo” que cada vez más y más es oscurecida por un mundo que me demuestra que ya nada vale la pena…
Lo único que me mantiene a flote esta ilusión son mis viejos que siguen juntos y enamorados, mi novio que parece ser una raza extraña que valoro y no pretendo perder por todas las tonterías de las que hable hace un rato, mi hermano y mi cuñada que son el ejemplo de que el amor perdura y creo que mucha más no puedo nombrar. Gracias a ellos por dejarme seguir sintiendo que el amor vale la pena.