lunes, 8 de febrero de 2010

BESO TRAVIESO/// Capítulo 7: Beso rencoroso

El gran día de la graduación llegó. Milagros pasó al escenario junto con Lucas a dar el discurso en representación de 5° C. Dio un discurso maravilloso.
- Creo que todos deseamos seguir caminando hacia delante con el conocimiento obtenido de la secundaria grabado en nuestros corazones- dijo Milagros frente a todos con una actitud impresionante- Profesores, padres, estamos verdaderamente en deuda con todos ustedes por habernos guiado durante estos cinco años. Muchas Gracias.
El auditorio completo comenzó a aplaudir. Todos comentaban los grandes avances que había hecho Milagros.
- Impresionante Milagros, no esperaba menos de vos- Dijo Francisco mientras la aplaudía.
Norma lloraba mientras filmaba, al igual que Alberto que no podía creer que su hija por fin terminara la secundaria.
Las niñas de ese colegio tomaban ese último día para animarse a pedirles el mail o el celular a los chicos de quinto o para sacarse una foto con ellos. Muchas chicas se acercaron a Francisco, pero él las rechazó a todas diciendo:
- Los siento, pero mi corazón tiene una sola dueña- Y mirando a su amada dijo- Milagros, vos sos la que eligió mi corazón.
La tomó en brazos y juntos se tomaron una foto para recordar ese hermoso momento. Para terminar con broche de oro ese recuerdo, Francisco se acercó a sus labios y…
Milagros despertó en el piso. Por fin el día de su graduación había llegado y ella soñando cosas como esas. Obviamente deseaba que algo como eso sucediera y tenía fe en que así sería, pues su discurso estaba listo y lo había practicado lo suficiente como para no pasar vergüenza. Ella había sido elegida por los profesores por el gran esfuerzo que había mostrado ese año y Lucas había sido elegido por sus compañeros. Francisco, obviamente, iba a dar el discurso general por ser el mejor promedio.
Bajó a desayunar con el uniforme bien planchado y lista. Francisco estaba guapísimo, Norma le estaba limpiando bien el uniforme para que no tuviera ni una sola pelusa.
- No puedo creer que este día haya llegado- Dijo emocionada- Los dos son los encargados de leer el discurso.
- Si, la verdad es que estoy un poco nerviosa- dijo Milagros
- No es nada del otro mucho- Le respondió Francisco indiferente.
- Fran- le dijo Norma al oído- No tenés que sacarte foto con nadie más que no sea Mili, ¿entendiste?
- Dame un respiro- Dijo fastidiado- Me voy.
Norma quería sacar una foto antes de que se fuera, pero no le dio tiempo. Francisco se fue rápidamente y Milagros tuvo que correr para alcanzarlo.
- Es el último día, así que vallamos juntos- Le dijo Dulcemente Milagros, pero no le respondió- Norma dijo que iba a traer la filmadora después.
- ¿Otra vez? Rayos- Dijo Francisco fastidiado nuevamente.
- No puedo creer que el tiempo pase tan rápido y que estemos terminando la secundaria- Dijo sin hacer caso al comentario de Francisco- De los cinco años, este fue el más divertido.
- En los dieciocho años de mi vida, este fue el más difícil- Dijo Francisco seriamente.
Milagros se quedó estática. El que Francisco hablara así la desilusionaba, pero ese día le mostraría lo fantástica que era.
Llegaron a la escuela juntos y los demás alumnos los vieron. La noticia de que Francisco había renunciado a la Universidad Austral, para la que tanto se había preparado, corrían por todos lados, además decían que lo había hecho por Milagros, lo que sorprendía más a la gente. Él no hacía caso a los comentarios, sólo él sabía por qué lo había hecho y era lo que importaba.
- Fran- Dijo su amigo Claudio- Sos el tema del día.
- Hola Claudio- le dijo amablemente Milagros.
- Hola Mili
- Te felicito por entrar a la universidad que querías.- Le dijo contenta, le caía muy bien Claudio, era un poco distinto a Francisco, pero nadie lo igualaba.
Francisco se fue con Claudio, mientras Milagros se quedó escuchando los comentarios de la gente. Realmente se sentía mal y culpable por haber arruinado el examen de ingreso de Francisco, estaba segura de que, si no hubiera sido por su apendicitis, él hubiera entrado en la Universidad Austral. Una voz interrumpió sus pensamientos.
- MILI- Escuchó a Lucas gritar desde la puerta.- ¿Cómo es eso que Francisco va a ir a la misma sede del CBC que vos?
- Exactamente, con Milagros- Dijo Francisco sonriendo para irritar a Lucas.
- ¿Qué dijiste?- Dijo Lucas realmente furioso- Vos podés elegir la Universidad Austral o la que quieras. ¿Por qué tuviste que elegir esa?
- Podés unirte a nosotros, total no hay examen de ingreso- Dijo Sarcásticamente- Ah, cierto, tenés que rendir todas las materias que no estudiaste, no sé si vas a llegar.
Milagros se quedó estática y Lucas también.
- Si así querés casarte con Milagros, tendrías que pensar que vas a hacer de sus futuros- Le dijo Francisco yéndose al colegio.
-¡Idiota! ¡Decidí empezar a trabajar para hacer feliz a Mili! ¡No soy un bebé de mamá como vos!- Le gritaba Lucas, a quien Milagros detenía para que no corriera a Francisco.- ¡No te atrevas a subestimarme, Francisco!
Milagros se enojó con él. Estaba cansada de sus espectáculos por celos que la hacían avergonzar. Una vez que se calmó y vio que llegaba Jimena, Milagros lo dejó solo. Lucas estaba cansado de quedar mal por culpa de Francisco y había pensado un plan para implementar durante el acto.
Los egresados comenzaron su entrada en el salón de actos que era el gimnasio del colegio con muchas sillas puestas, pero con un poco de decoración quedó realmente lindo. Milagros estaba muy nerviosa y sus amigas le hicieron muchas recomendaciones para el momento de dar el discurso. Tenía miedo pues nunca había subido al escenario del gimnasio y, además, Francisco la vería al subir las escaleras pues estaba delante de todo y ella era propensa a tropiezos.
- Ahora, el discurso formal a cargo del alumno Francisco Ramos, mejor promedio de la generación 2009.- Dijo la locutora del acto.
Francisco pasó al frente tranquilo y dio un discurso excepcional. Milagros estaba embobada, recordaba la primera vez que lo había visto y como se había enamorado de él a primera vista. Se puso a pensar en como había pasado el tiempo y como habían cambiado las cosas. Aunque no pudo hacer que el sentimiento sea mutuo, había logrado obtener muchos recuerdos junto a él, lo cual significaba un gran avance desde esa carta no correspondida a principio de año. Estaba realmente contenta de estar enamorada de él a pesar de todo.
- Ahora los representantes de 5° C, Milagros Pasos y Lucas Montero- Dijo la locutora.
Lucas se levantó en seguida, pero Milagros aún soñaba despierta. Sus amigas la codearon y recién ahí reaccionó.
- Milagros Pasos- Repitió la locutora, haciendo que Milagros reaccionara de golpe, lo que hizo que el auditorio completo se riera de ella (ya había empezado con el pie izquierdo).
Mientras subían al escenario, Lucas le sugirió que debían subir tomados del brazo, pero Milagros le dijo que se pusiera serio, que dejara de jugar. Milagros estaba ansiosa, sabía que Francisco la iba a estar mirando y debía demostrarle lo genial que era.
Lucas por su parte soñaba despierto, el sólo ir al lado de Milagros lo ponía como loco y se perdía. Fue tanta la distracción que la rectora tuvo que despertarlo, lo que provocó que todos se rieran de ellos una vez más.
- Lucas terminala, es vergonzoso- Le dijo Milagros enojada.
- Perdón, solo me quedé imaginando nuestro futuro juntos- le dijo apenado.
En ese momento Lucas tomó el micrófono y dijo ante todos:
- Sin embargo, Francisco Ramos no descanses tranquilo por que vas a ir al CBC con Mili. Pronto me convertiré en un habilidoso cocinero y me voy a casar con ella.
Francisco lo miraba, pero no le importaba lo que decía. Sin embargo, todos a su alrededor lo miraban para ver como iba a reaccionar.
- Solo quería decirles esto a todos los presentes- Continuó Lucas- Sin objeciones ¿No?
- ¡Objeción!- Gritó una señora al fondo que tanto Milagros como Francisco sabían que era Norma- ¡Fran decí algo rápido!- Gritó su madre- ¡Enfrentalo y decile que no vas a permitir que eso pase!
Ahora si Francisco estaba realmente avergonzado. Que el bobo de Lucas dijera algo como eso no le importaba, pero que su propia madre le siguiera el juego no le hacía ninguna gracia. Para colmo, Milagros estaba sobre el escenario colorada como un tomate y, por salir corriendo, tropezó en la escalera y cayó al suelo a los pies de Francisco, quien le dedicó una mirada asesina.
Milagros no tenía la culpa, pero él la hacía responsable. De este modo, la primera parte de su sueño, en donde él se impresionaba por su actuación frente al auditorio, se rompió.
Cuando salieron del acto, Milagros iba realmente deprimida y Norma no sabía como pedirle disculpas por lo que había hecho.
- Mili, perdoname, no fue mi intención empezar una pelea. No sé que me paso que no me pude controlar- Le dijo Norma realmente arrepentida.
- Igual, todos esperaban que algo así pasara ya que vos eras la que iba a dar el discurso- le dijo Jimena para tratar de consolarla, lo cual no fue muy consolador que digamos.
- De todos modos, es mejor tener una celebración única y viva- le dijo Mariela para animarla.
- Claro, por eso no tenés que desanimarte- Le dijo Jimena, pero Milagros estaba realmente triste.
Justo a tiempo, algo distrajo la vista de las cuatro mujeres. Una pareja se había formado luego de la graduación y se besaban amorosamente. Las cuatro comenzaron a comentar sobre lo lindo de la situación.
- ¡Fran me vuelve loca!- Dijo Norma- ¿Por qué en un hermoso día como hoy no aprovecha con Milagros?
De repente las cuatro vieron otra cosa, que más que a nadie, le llamó a atención a Milagros. Una chica de tercer año se había acercado a Francisco. Las cuatro miraban la situación, la chica se sentía realmente avergonzada y, cuando la vieron salir corriendo con lágrimas en los ojos, se dieron cuenta de que Francisco la había rechazado.
- Me siento tan reflejada en esa chica- Dijo Milagros triste por ella y por ella misma.
- Bueno, pero por lo menos no la aceptó- Le dijo Jimena.
Otra chica se acercó a él, esta vez para sacarse una foto, pero también la rechazó. Las chicas lo miraban espantada, mientras Norma festejaba, ella solo tenía ojos para Milagros.
- Mili, es tu oportunidad- le dijo Norma- Decile si se saca una foto con vos.
- ¿Qué?- Dijo Milagros asustada, estaba cansada de que la rechazara.
- Tenés que mostrar cual lejos de las otras estás. Andá y seguro que se saca la foto. ¡Qué linda esta atmósfera! ¡Qué linda situación!- Norma estaba como loca, como si viviera de nuevo su graduación.- Tenés mi permiso para besarlo.
Milagros ya se estaba asustando un poco sobre Norma, cuando empezaba nadie la paraba.
Milagros se acercó despacito y él se dio vuelta.
- ¿Qué querés?- Le dijo serio.
- Bueno… yo… eh…- Milagros estaba avergonzada.
- ¿No me digas que querés una foto?
- Si, exactamente- Dijo Contenta.
- No me voy a sacar ninguna foto- Le dijo y siguió caminando.
Milagros salió corriendo a los brazos de Norma con el corazón una vez más destrozado.
- ¡Qué cosa tan horrible!- Dijo Norma realmente decepcionada de su hijo- ¡Esperá ahí Francisco Ramos! ¿Qué es esa actitud tan horrible?
Francisco se dio vuelta y se encontró con su mamá furiosa gritándole.
- ¡No puedo creer que no hayas respondido a los valerosos sentimientos de Mili! ¿Y te haces llamar un hombre?- Dijo furiosa como nunca.
Francisco no sabía que hacer. Miró a Milagros triste y suspiró una vez.
- Solo me tengo que sacar una foto ¿No?- Dijo finalmente para que lo dejaran en paz.
Su mamá sonrió satisfecha y Milagros más que nadie.
- ¿De verdad? ¡Gracias!- Dijo realmente agradecida.- Sólo va a ser una.
Francisco posó realmente fastidiado y con los brazos cruzados, Milagros se puso al lado de él mirándolo de reojo.
- Digan Whiski- Dijo Norma
- Whiski- Dijo un infiltrado en la foto.
Lucas la había arruinado. Se puso entre ellos en el momento en el que Norma sacó la foto.
- ¡Lucas!- Dijo Milagros enojada.
- ¡Hey! ¿Por qué te entrometiste?- Le gritó Norma enojada- Después de lo que tuve que pasar para conseguir una foto de ellos dos juntos.
- Disculpe señora, pero necesita más de cien años para sacar una foto de Milagros sin mi.- Le dijo satisfecho de haber arruinado la foto.
Francisco comenzó a irse.
- Esperá Francisco- Lo detuvo Milagros.
- Ya posé para una foto ¿O no?- Le dijo y luego se fue.
Terminó la graduación y el sueño de Milagros terminó roto del todo. No se lució en el discurso, no hubo ninguna declaración de amor y no hubo foto para recordar, no hubo nada. Realmente estaba desilusionada, siempre que imaginaba algo, terminaba por los suelos.
Sus amigas trataron de animarla diciéndole que debía prepararse para esa noche, que era la gran despedida. Todos se iban a juntar a cenar con la plata que había sobrado después de la fiesta. Lo único que les preocupaba era que el encargado de la organización era Lucas. Eso animó un poco a Milagros, la última cena con sus compañeros quienes la valoraban y no la humillaban.
Esa noche se encontraron en un restaurante que más a la noche tenía karaoke. Como suponían, por escatimar en costos, les tocó en una zona del restaurante cerca del baño, en donde hacía mucho calor y el menú no era muy rico. Trataron de ponerle la mejor onda por que era su última cena como estudiantes de secundaria, pero por más onda que le quisieran poner…
- Bueno, bueno- Dijo Lucas- Como organizador quiero proponer un brindis y agradecer que estamos todos juntos hoy y que nadie de otro curso se interponga en nuestra felicidad
De repente la puerta se abrió y lo que Milagros vio no sabía si la deprimía o la alegraba.
- ¿Francisco?- Dijo sorprendida.
- ¡Los chicos de 5° C!- Dijo Claudio sorprendido.
- ¡No me digas que los de 5° A también están festejando acá!- Dijo Lucas realmente enfadado.
- Desafortunadamente si- Dijo Francisco riéndose, le encantaba hacerlo enojar.
Todos los de 5° A pasaban y decían comentarios sobre ¿Por qué justo los de 5° C tenían que estar ahí? A Milagros no le enojaba, por que si Francisco estaba ahí quería decir que su día todavía no había terminado, quizás aún tenía oportunidad de darle un final feliz a su secundaria.
Los chicos de 5° A estaban en una mejor ubicación, cerca del salón de karaoke, sobre unas escaleras. Algunos de los chicos de 5° C sentían una diferencia de nivel, como si los del “A” fueran mejores que ellos.
Trataron de no darles importancia y disfrutaron su cena lo más que pudieron. Todo estaba tranquilo hasta que la hora del karaoke llegó. El presentador preguntó si había algún voluntario y el primero que gritó fue Lucas.
- Ay, Lucas no por favor- Dijo Milagros ya sintiendo la vergüenza que vendría.
Lucas subió al escenario y pidió cantar una balada que le dedicó a “Milagros, my love”.
Lucas no cantaba mal, desafinaba por momentos, pero no estaba tan mal. La canción no era la indicada por que hacía pensar que Milagros correspondía a ese amor, lo cual no era cierto y eso le hacía sentir más vergüenza a Milagros.
- Por favor, basta- Le dijo Milagros totalmente colorada.
- No te avergüences- le dijo Lucas desde el micrófono- Todavía quedan muchas canciones de amor que te voy a dedicar.
- ¿Qué? ¿Más?- Dijo la gente, lo que decepcionó a Lucas.
- La comida se va arruinar- Dijo Francisco fastidiado.
Lucas lo escuchó. Iba a empezar a pelear cuando su celular comenzó a sonar. Era Alberto pidiéndole si podía ir a su restaurante por que lo necesitaba para reemplazar a un empleado que se había enfermado. Lucas no lo pensó dos veces y partió hacia allí, antes de eso se despidió de Milagros.
- Disculpame Mili, pero tu papá cuenta conmigo. Me voy ahora por nuestro brillante futuro.
Lucas se fue y Milagros se quedó un poco más tranquila hasta que…
- Ese es el idiota que hizo todos los exámenes mal y por eso tiene que rendir todo en marzo ¿No?- Dijo un chico de 5° A
- ¿Qué tiene de malo? El decidió no ir a la Universidad por que prefiere trabajar ¿Tenés algún problema?- Le contestó un chico de 5° C que lo escuchó.
- Aparte no sé que hablás de Lucas, si Francisco, el supuesto genio, dejó de hacer los exámenes de ingreso por una chica de nuestro curso- Dijo otro chico de 5° C.
- Si, pero ella es un estorbo para Francisco, ella es la tonta que lo distrae- Dijo una chica de 5° A.
- No es su culpa- Dijo Francisco adelantándose a donde se estaba comenzando la discusión- Que la gente diga que yo cometí semejante error por esa idiota sería una humillación todavía más grande.
Eso hizo enojar a Milagros quien, hasta hacía un momento se sentía culpable.
- Hey, ¿A quién estás llamado idiota?- Le dijo Milagros enojada
- Es la verdad- Le contestó Francisco en un tono presumido.
- Eso puede ser cierto, pero la inteligencia no lo es todo para el ser humano.- Dijo Milagros en su defensa y la de sus amigos- Lo más importante es el corazón.
- Me convencería más si esas palabras salieran de alguien más inteligente- Le dijo Francisco con las manos en la cintura.
- ¿Por qué sos siempre así?- Le dijo despechada- ¡Sos una molestia descorazonada!
- Bueno, pero vos estás enamorada de esta molestia descorazonada- Dijo Francisco en un tono presumido.
Eso puso en jaque a Milagros, quien se puso colorada y no supo que decir. Todos empezaron a recordar cuando Milagros le dio la carta de amor que él rechazo instantáneamente y comenzaron a reírse de ella. Francisco realmente se había pasado de la raya esa vez, no podía humillarla y exponer sus sentimientos de esa manera. De repente vio su cartera y recordó algo, algo que quizás lo humillaría más. Fue a su cartera, buscó en un bolsillo de su billetera, sacó algo y dijo:
- Si, es verdad, yo conozco tus sentimientos a la perfección.
Francisco dejó de reírse y le prestó atención pues lo dijo de un modo muy sombrío.
- Si vas a llegar a ese límite, entonces yo también tengo mi As bajo la manga- Continuó Milagros con una mirada inquisitiva.
- ¿Qué es?- Dijo Francisco desafiante.
Milagros sacó una foto de él cuando era bebé y todos comenzaron a preguntar quién era esa nena tan linda.
- Es nada más y nada menos que Francisco cuando era bebé- Dijo Milagros a viva voz para que todos escucharan y con una malicia inigualable.
Milagros había revelado el gran secreto de Francisco. Él estaba realmente sorprendido con la boca abierta, nunca había sentido tanta humillación en toda su vida.
Francisco se la sacó de las manos aunque ya era demasiado tarde. Su cara de enfado era peor que ver al propio demonio.
- Recibí otra de tu mamá- Le dijo Milagros triunfal.
Francisco la tomó del brazo y la arrastró hasta fuera del restaurante, la puso contra la pared y furiosamente puso su mano al lado de su cabeza. Milagros nunca lo había visto tan enojado,
- ¡Dejame! ¿Qué planeás hacer?- Le dijo Milagros un poco asustada, pero de manera muy valiente.
- Vos si que buscas golpes- Le dijo Francisco.
- No me voy a asustar aunque me amenaces- Le dijo Milagros que empezaba a temblar de rabia- Hiciste que mis sentimientos se volvieran un tema de risa ante todos. ¡Así que yo sólo te devolví el favor!
Los ojos de Milagros comenzaron a llenarse de lágrimas, pero la furia era más fuerte que la tristeza.
- ¡Ya tuve suficiente!- Continuó, pero sin mirarlo a los ojos- ¡Voy a dejar de amarte!
La furia de Francisco cedió, le dio ternura la manera en la que Milagros hablaba.
- ¿Ah si? ¿Podés hacer algo como eso?- Le dijo sonriendo un poco.
- ¡Por supuesto que puedo!- Le dijo Milagros esta vez mirándolo a los ojos- Conozco tan bien tu carácter que hasta me disgusta. Voy a terminar con estos sentimientos no correspondidos junto con la graduación
En ese momento las lágrimas cedieron y cayeron sobre las mejillas de Milagros. Francisco las notó y abrió un poco sus ojos sorprendido por lo fácil que mostraba sus emociones.
- Así que, vas a olvidarme- Le dijo él.
- Así es, voy a olvidarte y a asistir a la universidad…
- Entonces adelante, intentalo- La interrumpió Francisco y la besó.
La besó inesperadamente, en la oscuridad y ante su único testigo que era la luna que los iluminaba. No hubo ruido, no hubo espacio, tampoco hubo tiempo de reaccionar. Fue un beso corto que hizo que Milagros pisara el cielo y volviera a la tierra en un solo segundo. Su corazón no latió, sus pulmones no respiraron, fue el instante esperado que llegó cuando menos se lo esperaba.
Francisco la besó y luego de besarla se fue. Milagros no reaccionaba. Al irse devuelta al restaurante, lo único que le dijo fue:
- Te lo tenés merecido.- y le sacó la lengua
Como si ese beso fuera su castigo por lo que había hecho. Milagros seguía sin reaccionar, apoyada contra la pared cayó al piso. “Me besó, Francisco me besó” era lo único que sus pensamientos le decían. Un beso travieso, rencoroso quizás, castigo por querer olvidarlo.
No importaba si el discurso salió mal, no importaba si no hubo foto o declaración de amor, tampoco importaba si Francisco la seguía humillando y tratándola mal. La había besado y eso era lo único que importaba.

¿Cambiará este beso las cosas entre ellos? ¿Qué habrá hecho que Francisco la bese justo en ese momento? ¿Alguien podrá detener a Lucas en algún momento? Lo sabremos en el próximo capítulo que se titula: Aspiraciones para un cita. Va a ir en dos partes por que es un capítulo muy largo.

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